Las francesas tenían razón: para no dejar de oler tu perfume hay que usarlo en el pelo
Sí, las francesas siempre han sido un referente en materia de belleza. Y más en el terreno del perfume, en el que juegan con ventaja porque muchas cosas las hicieron primero. El boom de los perfumes para el pelo es una realidad que va a seguir creciendo en los próximos años. De hecho, según datos de IMARC, se prevé que el mercado mundial de brumas corporales y capilares experimente un crecimiento importante de más del 6% entre 2024 y 2032. Los motivos de este furor, dicen, se basan sobre todo en razones funcionales ya que en la mayoría de los casos las versiones de perfumes capilares suelen tener otros beneficios incorporados como hidratación o brillo. Las francesas, esas mujeres que, según nos confesó el perfumista Francis Kurkdjian, prefieren no revelar el nombre de su perfume porque quieren que forme parte de su intimidad (y encanto), llevan años usando este tipo de fragancias capilares o aplicando su perfume habitual en sus melenas. Por ejemplo, Jeanne Damas confesó su particular ritual a Coveteur: “Antes de salir por la noche me gusta ponerme un poco de perfume en la nuca y también en el pelo. De esta manera cuando bailas y te mueves todos pueden olerlo y es muy agradable. También cuando hace calor en verano”, decía. Y la mismísima Lolita Lempicka, creadora de la afamada saga de perfumes, contó durante una entrevista a esta cabecera que también lo hacía: “Me gusta perfumarme el pelo porque el olor permanece más tiempo. Y porque al darme un beso pueden oler mi perfume”.
El mercado de los perfumes para el pelo crece por su carácter multifuncional
Con permiso de todos esos motivos para dejar rastro –la estela de un perfume es un motivo que determina su compra– hay otro mucho más práctico que ratifican los expertos: el perfume aplicado en el pelo dura más. Así nos lo confirman desde el equipo de Givenchy en España, que tiene varias hair mist de sus fragancias icónicas. “La fragancia en el pelo permanece incluso más tiempo que en el cuerpo, puesto que el cabello absorbe de forma más intensa los olores. Además, repele aromas desagradables que puedan quedarse adheridos al cabello, como olores a comida o a humo. Es un producto ideal”, explican. Y confirman lo que los datos a nivel mundial preveen: su venta está creciendo de forma sostenida. Y aunque no es un cosmético que la consumidora en España vaya a buscar de proactivamente, lo compra “porque sus beneficios son múltiples. De hecho, es el producto de ritual de perfumado favorito, por encima de la crema o el desodorante”, explican. Y es que las versiones específicas para el pelo también hidratan y aportan brillo y sedosidad (es la multifuncionalidad que necesitamos en 2024).
Un truco de aplicación
“Las francesas no quieren oler a piruletas o a detergente para lavar los platos. Quieren oler como su perfume”, afirmó el estilista David Mallet –con base en París– durante una entrevista a W Magazine. Una declaración de intenciones que pone mayor contexto a la percepción que las francesas tienen del perfume. Para usarlo como ellas, las expertas de Givenchy en España aconsejan aplicarlo siempre al menos a 20 centímetros del cabello para evitar mojarlo o que queden residuos. Así, y solo así, podremos dejar rastro como ellas y oler nuestro perfume todo el día.
