Las joyas imprescindibles para este otoño-invierno 2025-2026 |

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Este otoño-invierno 2025-2026, las joyas dejan de ser una elección final para convertirse en el punto de partida

Lo decorativo gana protagonismo como elemento expresivo y las piezas no se limitan a brillar, sino a completar la narrativa de los conjuntos. El equilibrio entre nostalgia, exceso, técnica y poesía es cada vez más afinado y la joyería adopta múltiples direcciones en las tendencias de otoño-invierno 2025-2026. Se recuperan arquetipos del pasado como los camafeos, los relojes de cadena o los broches victorianos y se reescriben bajo una mirada que mezcla diversión, memoria y un poco de ironía. A la vez, el gesto minimalista encuentra su lugar en collares estructurales que parecen esculpidos mientras conviven con lo gótico y el exceso. En tiempos visualmente saturados, las joyas vuelven a contar historias. Desde aros gigantes que exigen silencio a su alrededor hasta brazaletes que abandonan su naturaleza veraniega para conquistar el invierno, esta temporada los accesorios serán los protagonistas.

Estas son las tendencias en joyas que debes conocer:

Chokers más allá de lo oscuro

El choker, ese collar ceñido al cuello con herencia gótica y grunge, vuelve con intenciones menos sombrías y más complejas. Esta temporada se emancipa de su asociación exclusiva con la estética oscura para explorar un terreno más artístico y refinado. Se viste de materiales inesperados como las perlas o los cristales tallados y pasa a ser el foco de atención de los looks.

Fendi convertía el choker en una pieza escultórica con formas orgánicas que aportan movimiento a sus total looks en negro. Saint Laurent lo hacía parte de su diseño proponiéndolo como el cuello de algunos de sus vestidos, en su caso el oro viejo era el color que le daba ese toque añejo tan apetecible. Chanel elige las perlas que tanto caracterizan a la maison fundada por Coco para salpicar su propuesta de collar ceñido y Dior mira al pasado barroco con su diseño inspirado en los cuellos de lechuguilla.

El choker sigue siendo un símbolo de rebeldía juvenil y se eleva como una pieza clave para redefinir los escotes y propiciar un guiño subversivo a las estéticas rebeldes que aún apetecen tanto. R13 y Rodarte abrazan la razón de ser de este accesorio con diseños en negro combinados con detalles en plata en el caso del primero y minimalistas en la segunda casa.

Collar Love Me Not, de Two Jeys

Choker Vlogo Signature, de Valentino

Choker, de Dolce & Gabbana

Choker Geneva, de Balenciaga

Solo importan unos pendientes: los aros gigantes

Procedentes de un Y2K incesante, los aros gigantes reclaman su trono con contundencia. Esta temporada los aros se agrandan hasta lo hiperbólico y adquieren volumen, relieves y detalles como acabados texturizados, incrustaciones de piedras o grabados. Alaïa y Schiaparelli se inclinan por los modelos en dorado para resaltar las piezas de cuello alto que componen sus looks. Ambush, por su parte, elegía el plateado y la pedrería en su máxima expresión para los estilismos más urbanos de este otoño-invierno.

Si decides llevar unos aros, que ocupen espacio y se vean porque su efecto es inmediato. Véase en la propuesta de Givenchy, que fusiona el maximalismo de su vestido de tul amarillo con los aros de pedrería gigantes o en el modelo XXL de Fendi que eleva el trench de piel con el que los estiliza.

Pendientes aro abierto, de Pandora

Pendientes medio Aro cuadrado, de Vidal Vidal

Aros grandes, de Bijou Brigitte

Pendiente de aro largos de plata 925, de Parfois

El minimalismo hecho collar: rígido y sin ornamentos

Frente al barroquismo de otras propuestas, surge un contrapeso contundente: el collar rígido, estructural y sin apenas ornamentos. Una vuelta al minimalismo con un aire casi técnico que recuerda más a una escultura que a una joya. Con sus líneas puras y forma cerrada, este collar se convierte en un trazo limpio que recorre el cuello sin distraerse. Altuzarra y Givenchy confían en el plateado para dar luz a los estilismos más sobrios del invierno y Gucci y Gabriela Hearst los superponen a cuellos altos en la casa italiana y sobre vestidos de punto por parte de la que fuera directora creativa de Chloé.

Choker Mandalay Amarillo, de Sumacruz

Collar de latón dorado, de Emporio Armani

Gargantilla Noly, de Isabel Marant

Gargantilla Hyperbola, de Swarovski

Si vas a llevar un collar, que sean varios

En el extremo opuesto del rigor, aparece el exceso y es que el collar no se lleva solo, sino más bien acompañado. Vuelve el layering de cadenas, colgantes, charms y collares de perlas mezcladas con hilos de cuero, eslabones y piezas de fantasía. La consigna máxima es superponer sin complejos, jugar con alturas, brillos y materiales. Lo boho lo abrazan Chloé, Etro, Gucci y Ralph Lauren a través de collares péndulo, detalles en pedrería y cadenas múltiples, que reposan sobre tejidos vaporosos y abrigos en efecto pelo. Chanel, reina histórica del collar múltiple, recupera su lenguaje con versiones que mezclan lo clásico y lo kitsch con perlas de diferentes colores e innumerables longitudes. R13, por su parte, experimenta con combinaciones inesperadas de cadenas metal y los tamaños respondiendo al deseo de expresividad sin filtros en búsqueda de una identidad a través del caos.

Collar triple con colgantes, de Burberry

Collar largo entrelazado, de Parfois

Collar Cleopatra, de Singularu

Los brazaletes más allá del verano

Tradicionalmente relegados al calor y a la piel descubierta, los brazaletes entran con fuerza en el imaginario invernal con presencia y una ubicación estratégica: sobre la manga, en el antebrazo, incluso sobre guantes o capas. No importa si no tocan la piel, porque lo que vale es que ocupen espacio e interrumpan visualmente la fluidez de la ropa. Altuzarra, Miu Miu y Balmain arriesgan apostando por la grandilocuencia y las formas exageradas para que ejerzan de protagonistas. Fendi y Louis Vuitton, en cambio, reposan sobre la originalidad e incorporan texturas en efecto peluche en la casa italiana y en la maison francesa con su característico Monogram.

Pulsera con múltiples cabezas de clavo, de Uno de 50

Brazalete ancho de metal cónico, de Maje

Pulsera rígida peces, de Bimba y Lola

Brazalete LV Emblem, de Louis Vuitton

La joyería se vuelve de archivo: de los camafeos a los relojes, pasando por los broches

Esta temporada, muchas de las propuestas más potentes recuperan piezas que parecían condenadas al joyero vintage: camafeos, relojes antiguos, broches de alfiler o los dijes miniatura reaparecen como tesoros rescatados. Ralph Lauren propone camafeos sobre cuellos victorianos, como si salieran de un retrato del siglo XIX, mientras que Chanel reduce su tamaño para incorporarlos a pequeños collares. Louis Vuitton incorpora relojes colgantes a modo de collares en estilismos de corte sartorial y también los superpone a las mangas de las americanas. Finalmente, Carolina Herrera y Miu Miu reviven los broches florales en versión realista, colocándolos no solo en solapas de las prendas más elegantes, sino también en cazadoras bomber más desenfadadas.

Broche Beautiful Woman, de Bijou Brigitte

Broche grande de metal, de Moschino

Broche Desiree, de Agatha Paris

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