Definidas por una longitud corta y una forma natural y cuadrada, las uñas de princesa se inspiran directamente en las manicuras de la realeza. Piensa, por ejemplo, en la legendaria manicura francesa que lucía en los 90 la difunta Lady Di; la sutil manicura nude de Kate Middleton; o las elegantes uñas jabón que luce Meghan Markle. Por no hablar del delicado esmaltado rosa que caracterizaba a la difunta reina Isabel II, cortesía del tono Ballet Slippers de Essie.
«Las uñas de princesa favorecen una estética suave y refinada, con rosas pálidos, brillo y sutiles cromados», explica Class. Si no puedes vivir sin un poco de nail art, todavía puedes adornarlas con un solo cristal o un lazo casi imperceptible. «Son bonitas y un tanto delicadas: como la manicura moderna de un cuento de hadas».
¿Por qué están de moda las uñas de princesa?
Cortesía de Michelle Class
Las uñas de princesa son tan populares por su encanto atemporal. «Los tonos discretos transmiten confianza. No hace falta que chillen para destacar», dice Class, y añade que probablemente esa sea la razón por la que se han vuelto sinónimo de minimalismo “clean girl”.
«Además, combinan con todo», añade Class. «Un traje, unos vaqueros vintage, un vestido de novia», las opciones son infinitas. Las uñas de princesa también desprenden una sensación de lujo; de intención y buen gusto, en lugar de resultar simples o aburridas. Hay quien dice que la vuelta a las uñas más cortas y a los colores naturales podría ser un reflejo de la actual crisis económica mundial. Class apoya esta posibilidad, y añade que «cuando se viven tiempos de incertidumbre, la gente tiende a inclinarse por el lujo silencioso y las pequeñas alegrías». Las uñas de princesa son un capricho asequible: siguen siendo bellas y expresivas, pero sin estridencias. El poder hecho uñas.