En su desfile de primavera/verano 2026 en la Semana de la Moda de Copenhague, Cecilie Bahnsen hizo subir a la pasarela a una ráfaga de modelos con vestidos vaporosos de color crema sobre el duro hormigón de una zona industrial en Refshaleøen. Pero igual de interesante es lo que calzaban: unas gruesas zapatillas blancas y plateadas de Asics, como las que se llevaban en los años 90 para las clases de educación física.
Que las modelos llevaran Asics tiene su lógica, ya que la diseñadora colabora habitualmente con esta marca japonesa de ropa deportiva. Pero esta no ha sido la única vez que he visto unas zapatillas de padre en un entorno especializado en moda. Junto a las esbeltas Puma Speedcats y las Prada Collapse, parece que las zapatillas de deporte tecnológicas, esas que parecen gritar «padre americano cortando el césped»., están volviendo con fuerza Ya sean New Balance, Asics o Nike V5 RNR, las zapatillas de papá vuelven a estar de moda (y no me refiero sólo a las Asics Gel-Kinetic Fluent, sino a zapatillas básicas en colores gris y blanco roto, como las que Larry David se pondría para salir a correr).
Daniel Zuchnik/Getty Images
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Todo el estilismo parece de principios de 2010, lo que probablemente sea parte de su atractivo. Quienes tengan edad suficiente para acordarse de 2014 recordarán la llegada del término «normcore«, acuñado por los cazatendencias K-Hole y rápidamente adoptado como un vocablo arrollador para describir una especie de antiestilo básico y estudiado a la vez. » El verano pasado me di cuenta de que, por detrás, ya no podía distinguir si mis compañeros del Soho eran chicos artistas o turistas estadounidenses de mediana edad», escribió Fiona Duncan para The Cut. «Vestidos con sus vaqueros desgastados, su forro polar y unas cómodas zapatillas de deporte, ambos tipos parecían recién bajados de un tren R después de ir de compras a Times Square».
Pero ¿ha pasado el tiempo suficiente para que este estilo vuelva a estar de moda? Probablemente sí: los niños están idealizando el iPhone 4s y los filtros de Instagram de la misma época. Aun así, no creo que que el normcore esté volviendo como un estilo en sí mismo, sino que, de forma similar, estamos orbitando hacia formas de vestir antitendencia (¿qué es más cool que una zapatilla fea en un estilismo de Dries Van Noten?) Como mi colega Daniel Rodgers escribió en enero durante la semana de la moda tras llevar un par de zapatillas Balenciaga Triple S de 2017: «Tener una pinta horrible (o, en este caso, simplemente aparatoso) es muy liberador».
Raimonda Kulikauskiene/Getty Images
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Por supuesto, el regreso de la zapatilla de deporte “de padre” podría deberse, en parte, al continuo ascenso de Asics. Según el informe de tendencias de mitad de año de Stock X, Asics sigue siendo la marca de zapatillas que más crece, con un aumento del 71 % este año, y la Gel-1130 es su modelo más vendido. Y cuando una silueta se convierte en hype, tienden a surgir modelos similares, como ya vimos con la Samba de Adidas). «Esta temporada, estamos viendo un claro cambio hacia siluetas tecnológicas, caracterizadas por empeines elegantes y dinámicos y estructuras de suela innovadoras», declaró Anissa Jaffrey, responsable de relaciones públicas y colaboraciones de Asics SportStyle Europe, al Vogue británico a principios de este año.
En cualquier caso, me gusta. Me gusta que mis deportivas sean deportivas, no unas zapatillas planas con cordones; quiero que me sirvan para correr para llegar al autobús». Y no, no son para llevarlas a lo chica limpia, con leggings, calcetines subidos y un zumo desintoxicante. Hay que llevarlos como Dios manda: con un forro polar con cremallera, unos vaqueros de corte Mom y un mapa de la A a la Z en una riñonera.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.co.uk. Traducción y adaptación: Carmen Cocina.