Controlar y Manipular. El silencio es una manera de control y manipulación porque deja a la persona en la incertidumbre, sin saber qué ocurre ni cómo manejar la situación.
Evitación de la confrontación. Hay jefes que prefieren no enfrentarse y optan por ejercer su poder y autoridad a base de silencio.
Mostrar poder y autoridad. La indiferencia es una manera de mantener a los empleados en modo de sumisión al no saber cómo abordar a esa persona, ni siquiera conocer qué ocurre o cuáles pueden ser las consecuencias. Hablamos de una cultura empresarial del miedo.
Desestabilizar emocionalmente. Puede tener la intención de desestabilizar a ciertos empleados, especialmente si los siente como una amenaza. También puede recurrir al silencio para intentar propiciar que sea el trabajador el que se vaya de la empresa y no tener que despedirlo.
Dividir y vencer. Hay superiores que buscan crear mal rollo entre los compañeros para poder jugar con las habladurías que se generan de ello. Es un comportamiento típico de jefes narcisistas, inseguros, con ningún talento y con características claras de personalidad psicopática.
Esta ley aplicada por un superior puede tener un impacto grave sobre la salud física y mental del trabajador, por lo que es fundamental ponerle nombre lo antes posible, para buscar soluciones y ayuda si es preciso. La experta recomienda estar atentos antes signos de ansiedad, generada de la preocupación constante de la situación, baja autoestima, síntomas depresivos, problemas de sueño, síntomas psicosomáticos como dolores de cabeza, de estómago o tensión muscular, así como cuando se refleja en una disminución de la productividad, “la persona no tiene claro sus objetivos y responsabilidades y por el estado emocional deprimido y ansioso ante una situación prolongada, disminuye el rendimiento”.
Cómo combatirla
Para superar este tipo de abusos es necesario combinar varios factores, según arguye Cáceres, que van desde el autoconocimiento y la comunicación efectiva, hasta la búsqueda de apoyo laboral y asesoría profesional. “Es crucial entender que en esta situación, no vale aguantar porque es el jefe y no hay otra alternativa. Nunca deberíamos ceder ante el chantaje, el maltrato y el abuso”.
De paso nos aporta algunos pasos que pueden ser útiles para salir de la situación, aunque aclara que variará en función del caso, la gravedad y el contexto.