El consejo del primer spa capilar de lujo de Madrid: aplicar la mascarilla de pelo desde la raíz
Hace tan solo una semana fui a probar el primer spa capilar coreano de lujo de Madrid, y todavía sueño con esa tarde. Se llama Eva Ometz, lo regenta Valentina Aristizabal, y en poco menos de un año —se inauguró en septiembre de 2024— ha conseguido posicionarse como uno de los centros de referencia de la capital en materia de cuidado capilar. Sin desvelar demasiado, solo diré que es casi una experiencia religiosa basada en la ciencia y rodeada de lujo, de la que saldrás con un diagnóstico exhaustivo del estado actual de tu cuero cabelludo, el cortisol por los suelos y más de un consejo utilísimo para mantener tu melena en las mejores condiciones. “No me gusta contar mucho para no perder expectativas. A mí me gusta que la gente venga a ciegas y lo pruebe. No hay nada más rico ir a un sitio sin esperar nada y salir encantada”, contaba su CEO a El Economista, con la seguridad de saber que no hace falta decir más porque, quien prueba, repite.
Fue en la primera parte de mi visita, cuando Ángela López, mi terapeuta capilar o, como les llaman en Eva Ometz, ‘heb’ —una referencia a la Antigua Grecia, donde se conocía de esta forma a las encargadas de suplir y proteger a los dioses—, me hizo LA pregunta: “¿Cuál es tu rutina capilar?” ‘Pues empiezo con una doble champunada, luego acondicionador, y también mascarilla dos veces por semana. Después, sérum post lavado y, cuando el pelo ya está seco, aceite de medios a puntas. Básica, pero efectiva’. Dije, creyendo que la experta no encontraría fallas en mi modus operandi. “Okey, y… ¿Dónde aplicas el acondicionador y la mascarilla?”. Mi respuesta no sorprenderá a nadie; desde siempre hemos escuchado que estos dos productos deben aplicarse lejos de la raíz, y así se lo confirmé. “Pues debo decirte que eso es un mito que muchos artículos científicos desmienten. Los acondicionadores o mascarillas —y, de hecho, todos los productos capilares— están diseñados para aplicarse desde el cuero cabelludo, porque las raíces son la única parte viva que tenemos del cabello. Es ahí, en la raíz, donde el pelo nace y donde requiere de todos esos minerales, vitaminas y nutrientes que podamos aportarle”, me contestó. Conclusión: llevaba 26 años aplicando mal un producto básico en cualquier rutina capilar.
¿Dónde se aplican la mascarilla y el acondicionador?
Según la experta, aplicar acondicionadores o mascarillas desde el cuero cabelludo ayuda a devolver la emoliencia perdida tras el lavado. “Es importante restaurar esa emoliencia para que el cabello recupere sus propiedades naturales y, además, proteger el equilibrio de la glándula sebácea. Cuando esta glándula no recibe la hidratación necesaria, tiende a producir mucho más sebo”. Su explicación dio paso a otra duda por mi parte: ¿aplicar estos productos en la raíz no la engrasa? “Ni la engrasa ni apelmaza el cabello, y es más, en ningún momento daña su estructura ni bloquea el levantamiento de la raíz. Al contrario: vas a notar que se mantiene limpio por más tiempo y luce mucho más brillante. Esto se debe a que el acondicionador actúa como un sello para la cutícula capilar, lo que mejora la reflexión de la luz y, en el cuero cabelludo, ayuda a proteger y mantener la microbiota en condiciones óptimas”. Me había convencido.
¿Cuál es la diferencia entre mascarilla y aconcicionador?
“El acondicionador, por sí solo, no aporta emoliencia profunda. Su función principal es ayudar a desenredar, y trabaja únicamente a nivel cuticular, es decir, en la parte externa del cabello. En cambio, una mascarilla —si hablamos de una desarrollada con formulación profesional o tecnología avanzada— está compuesta por nano partículas o proteínas hidrolizadas. Estas son moléculas mucho más pequeñas, con la capacidad de penetrar hasta el córtex del cabello y depositarse allí. Esa es la diferencia principal: las mascarillas actúan a un nivel mucho más profundo y, por tanto, requieren un tiempo de exposición de al menos 20 minutos. Si la dejamos solo dos o tres, ofrecerá prácticamente los mismos efectos que un acondicionador”, explica la experta.
¿Cuántas veces por semana debemos aplicar mascarilla capilar?
“Lo recomendable es usarlas al menos una vez por semana. Sin embargo, si tienes el cabello en estado SOS —recién decolorado, dañado por procesos químicos o con necesidades específicas—, puede ser necesario aumentar la frecuencia”, continúa mi heb, justo antes de entrar en materia con uno de los mitos más extendidos sobre el cuidado capilar: “muchas personas creen que lavarse el cabello todos los días lo debilita, lo hace caer o impide que crezca bien. Pero esto no es necesariamente cierto. Si se usan los productos adecuados, lavar el cabello a diario no solo no lo daña, sino que puede ser necesario en procesos de recuperación intensiva”.
Porque, según la experta, es importante recalcar que el cabello necesita, ante todo, higiene. “Obviamente, si te lavas el cabello todos los días con un champú anticaspa muy agresivo, sí puedes acabar con algo de sequedad. Pero si lo haces con un champú hidratante o con una fórmula de limpieza suave, no hay problema. Y, si hablamos de personas que entrenan o hacen ejercicio a diario, con más motivo: necesitan eliminar la carga de sudor, electrolitos, sales minerales y, además, polución, que se ha visto que contribuye a la miniaturización del folículo y a la caída del cabello. Es más, hay personas que me dicen ‘yo me lavo el cabello una vez por semana’, y ahí es donde entra en juego algo que muchas veces se desconoce: un microorganismo llamado Malassezia. Es parte de la microbiota del cuero cabelludo, y cuando no se lava frecuentemente, estos microorganismos proliferan. Y sí, son ‘bichitos’ similares a ácaros que se alimentan del sebo y de los aceites naturales que producimos. Por eso es tan importante entender que, aunque la fibra capilar no necesite lavarse tan a menudo, el cuero cabelludo sí lo requiere«.
Con esta premisa, la moraleja de mi primera visita a un spa capilar es bastante evidente: una melena sana y cuidada pasa por mantener una higiene capilar correcta, por aplicar correctamente los productos de nuestra rutina, y por hacerlo dedicándoles el tiempo que requieren para actuar. Y por una tarde de spa capilar en Eva Ometz, claro.
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