«Creo que la mayoría de las mujeres se sienten extrañas con su cuerpo durante ese periodo: tenemos que aprender a quererlo de nuevo», dice la modelo Maxey Greene, que dio a luz a su hijo hace cuatro meses. Recuerda la transición a la maternidad como el comienzo de una relación totalmente nueva con su físico. «Convertirse en madre tiene algo de mágico. Por primera vez, mi cuerpo no existía para lucirse, sino únicamente para alimentarse. Empecé a mirarlo de una forma totalmente nueva y a agradecerle infinitamente que pudiera hacer lo que tenía que hacer».
Para celebrar esta nueva gratitud, se gastó un dineral en prendas de lujo para estar por casa, cómodas pero deliciosas, como un pijama de seda de Lunya (lavable e ideal para la lactancia), unos pantalones de cachemira de Henning y el famoso vestido Nap (literalmente, ‘siesta’). Aunque está impaciente por volver a llevar vaqueros (al parecer común denominador de todas las madres recientes), en realidad no se obsesiona con volver a ser «la de antes» a corto plazo, si es que vuelve a serlo. «Me siento una mujer completamente nueva desde que tuve a mi hijo. Y me encanta la mujer en la que me estoy convirtiendo». Al igual que Rykiel, anima a las mujeres a aceptar los cambios como algo hermoso y a disfrutar de cada momento de su nueva etapa. «No tendrás ni idea de lo que estás haciendo, pero merecerá la pena. Ríete todo lo que puedas. Se hace más fácil».
Hacer las paces con el cuerpo después del parto
Inevitablemente, esto me hace reflexionar sobre mi propia energía durante los dos últimos meses: las dietas restrictivas, las interminables listas de tareas pendientes, la incesante persecución de una versión anterior de mí misma, manifestada en un combate insano contra la báscula: ¿es este el tipo de mujer en el que me estoy convirtiendo? Y, lo que es más importante, ¿es este el ejemplo que quiero dar a mi hija?
Como está claro que la autogratitud es necesaria, cedo a mis deseos y me hago con unos vaqueros de Pistola dos tallas más grandes que los que tenía. Mi novio me regaló una experiencia spa que acepté encantada, además de un buen corte de pelo. Unas cuantas piezas de la marca de joyería de mi amiga Rendor, un par de vestidos nuevos de la venta de muestras de La Ligne, y ya tengo ganas de volver a arreglarme. Mi prometido y yo nos fuimos a cenar y pasamos una de esas largas veladas con muchas copas de vino que me devuelven a la época en que empezamos a salir, hace dos años, pero también toda una vida, cuando las conversaciones giraban en torno a esperanzas y sueños. Salvo que ahora uno de esos sueños en común se ha hecho realidad. Tal vez no estemos en un momento de transición. Tal vez sea el comienzo de una nueva yo.
Prendas posparto imprescindibles
Una bolsa para el bebé discreta
Para las mamás que no se ven comprando una bolsa para los pañales, este bolso bucket de Mango tiene capacidad para albergar todo lo del bebé y cabe en la cesta del cochecito. Además, puedes usarla para tus cosas cuando el bebé crezca.
Un sujetador de transición
Un sujetador premamá bonito es como encontrar un unicornio, por eso me alegro de haber descubierto este. Es de H&M y es perfecto si quieres que tenga detalles como el encaje.
Ropa de casa de lujo
Unos amigos me regalaron un pijama de Uniqlo en mi baby shower y no me separé de él en los cuatro meses siguientes. Estoy pensando en enviar un par a cada amiga embarazada en un futuro próximo.
Un vestido de día
Mis amigas Eugenia González y Maxey Greene se sintieron muy cómodas con la silueta suelta y desenfadada de Hill House Home –y sí son lo suficientemente cómodo como para dormir con él–. El sueño de una madre ocupada.
Un conjunto pijamero sufrido (pero chic)
Según Greene, este pijama de algodón H&M es ideal para la lactancia porque se lava fácilmente. También tiene ese punto elevado como para llevarlo fuera de casa si lo necesitas. Solo tienes que añadir unas sandalias o unas bailarinas monas.
Unos leggings segunda piel
Estos leggings Mother Tucker de Belly Bandit me salvaron la vida durante el primer mes después de maternidad. No solo proporcionan la sujeción que tanto necesitas en ese momento, sino que además incorporan una tecnología de compresión que ayuda a reducir la hinchazón.
Un toque de brillo
Aunque los vaqueros no te entren, ¡las joyas sí! Unas piezas de bisutería cool a veces es todo lo que necesitas para sentirte mejor, un accesorio que brille.
Una chaqueta para todos los días
Estoy convencida de que las chaquetas resuelven casi todos los problemas de vestuario y preocupaciones postparto. Yo no me separo de la chaqueta de Mango: los bolsillos son indispensables y su ajuste oversize pero con corte cropped, facilita ir bien y poder dar el pecho en público. Además, añade un poco de estructura a mis leggings posparto y camisetas holgadas.
Los vaqueros posparto ideales
El bajo ligeramente acampanado de estos vaqueros de pata ancha me ayuda a equilibrar visualmente mis nuevas proporciones, y me gusta que la cintura baja no me presione la barriga. Lo único que tuve que hacer fue comprar un par de tallas más. Los nuevos leggings.
Una camisa clásica
La camisa de Sézane es lo suficientemente pulida como para recibir a las visitas pero lo justo de amplia para cubrirte y facilitarte la lactancia. Me gusta la versión azul llevada con vaqueros, leggings e incluso desabrochada sobre mi conjunto pijamero de seda de Lunya.
Un vestido para salir de noche
Me encantan los vestidos camiseros. Son muy favorecedores y se pueden llevar tanto de día como en las ocasionales noches sin bebé a la vista con unos cuantos accesorios especiales. Además, muchos de ellos quedan amplios en abdomen y caderas sin escatimar en estilo.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com