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El mencionado Javier Fesser dirige esta ficción que firman María Mínguez y Juanjo Moscardó, viejos conocidos de la actriz. Trabajó con ellos en la nombrada Amor en polvo, un largometraje que se estrenó en 2019, en el que también se trataban las vicisitudes del amor, pero desde la óptica de una pareja que busca en el mundo liberal volver a encender la chispa de su matrimonio. En Custodia repartida representa la pareja el lugar seguro que no se quiere dejar ir, pero del que no queda más remedio desprenderse en un momento dado. “Hubo una química desde el principio y ya en el casting le decía a Ricard que lo veía Diego total. Tiene la mirada de un hombre bondadoso y enseguida le quieres”, explica la actriz. “Había que trabajar esa parte que no estaba porque la serie arranca con la separación. Empieza la separación y a partir de ahí una nueva vida, pero había que plantear todo lo que estaba detrás y lo que había antes de todo eso: eran un equipo y una pareja que se quería. Eso ha hecho muy interesante el trabajo”. Resulta refrescante ver cómo es Cris la exitosa directiva y Diego un desastre absoluto que tiene que volver a casa de sus padres. “Me gustó que los roles estuvieran invertidos. Cris trabaja, lleva el dinero a casa y sostiene económicamente a esa familia. Diego es el que se encarga de la hija. Está bien que se representen otras maneras de vivir; poder decir que eres mujer, tienes un trabajo, deseo y ambiciones. Está bien. No es necesario sentirse mal por no llegar a todo, pero aún nos sentimos mal –yo no soy madre, pero veo a mis amigas– cuando te separas de tu hija. Poquito a poco está va cambiando”, comparte López.
La actriz ya pasa de los 40 y parece haber encontrado su lugar en una industria que demanda perfiles diversos cada vez con más frecuencia. “Las cosas, afortunadamente, sí están cambiando. Hay muchas mujeres directoras, pero también guionistas y saben que las mujeres de 40, 50 o 60 tenemos muchas cosas que contar. Llegada a los 30 te das cuenta de que hay determinadas cosas, como las series de adolescentes, que ya no las haces y los personajes que llegaban antes estaban al servicio de otros, pero ahora eso ha cambiado. Los papeles ahora tienen profundidad, a estas mujeres les pasan cosas, tienen deseos, ambición y es todo muy rico”, explica. “Cris es una tía con un punto de partida muy interesante. Es muy trabajadora y le gusta mucho lo que hace, pero tiene la espinita con los cuidados porque no llega a todo. Es un personaje con una vida propia, independiente y que no necesita a nadie para ser mejor”.