Los ambientadores de flores blancas son mis favoritos para perfumar el baño
No resulta demasiado original decir que tengo predilección por los perfumes para el hogar con olor a limpio. El frescor que emanan los aromas florales, herbáceos e, incluso, cítricos, hace que sean mis favoritos, también, en el terreno de los perfumes convencionales. Pero si nos trasladamos a las fragancias para casa, ese acercamiento a las esencias que depuran y renuevan las estancias se pronuncia todavía más.
Acepto los aromas dulces en velas, para crear momentos especiales en los meses de otoño e invierno, pero siempre apuesto por perfumes con notas frescas cuando se trata de conseguir una fragancia permanente. Más aún si hablamos de una habitación donde siempre buscamos eliminar los malos olores y conseguir un ambiente fresco y agradable.
Es por esto que los ambientadores de flores blancas se han convertido en mis favoritos para perfumar el baño. En esta agrupación entran especies como el jazmín, el azahar, la orquídea o el lirio; algunas de las flores más aclamadas del universo botánico, cuyo aroma destaca por la frescura y la delicadeza que aportan. Consiguen crear fragancias elegantes, suaves y envolventes, que promueven el bienestar. Además, destacan por sus propiedades calmantes, que ayudan reducir el estres y promover un ambiente agradable y relajante.
Por todas estas características y propiedades se han convertido en mis favoritos para el baño. Me gusta utilizarlos para mantener una fragancia agradable que perdure en el tiempo, a través de un ambientador mikado que desprende el aroma de forma progresiva. Para enfatizar su aroma, procuro rociar las toallas con un perfume en spray tras cada lavado e, incluso, encender una vela con olor a jazmín o azahar antes de ducharme. Estas flores consiguen un ambiente inigualable, fresco y sofisticado, con un toque dulce pero muy delicado, que te transporta automáticamente al baño de un hotel.