En ese contexto, el sujetador bala de Prada cobra sentido. Aunque el nombre suena violento (también se le denomina sujetador torpedo), alude en realidad a la forma que daba al pecho su corte al bies, aunque, irónicamente, el diseño también fue popular durante la I y la II Guerra Mundial.
«Cuando apareció el ‘bullet bra’, se decía que cuanto más puntiagudos, mejor», me cuenta por teléfono Illisa, dueña de la tienda de vintage homónima. Su cueva del tesoro, situada en la tercera planta del Manhattan Art and Antiques Center de Nueva York, vende lencería procedente desde finales del siglo XIX hasta los años 40, además de corsetería de los 50. Entre sus clientes figuran Addison Rae, Madonna y Jean Paul Gaultier. «A raíz de Los Bridgerton, muchas chicas jóvenes vienen a la tienda preguntando por lencería vintage«, cuenta.
El look dista mucho de los pechos globo de mi adolescencia, impulsado por el push-up de Victoria’s Secret, que transformó (mucho) los cuerpos de toda una generación. Pero, en mi caso, los pechos con forma vintage y los sujetadores que proporcionan ese look siempre han tenido su función: un vestido de los años 40 o 50 sienta mejor al cuerpo con ropa interior que estaba de moda en la misma época.
Visitar la tienda de Illisa no es para cobardes. Después de pedirte que te quedes en bragas, rebuscará entre cajas, pilas de ropa y burros llenos de rosa pastel para encontrar la prenda perfecta. «Tendré unos mil sujetadores bala de los años 40 y 50», dice, mientras me transforma en una súper Madonna a lo Gaultier. Según mi experiencia, encontrar un ‘bullet bra’ a tu medida es como lo de Ricitos de Oro con las camas: no sabrás cuál te va bien hasta que estés literalmente hasta las tetas de probarte cosas.
Si lo de vestir prendas de segunda mano no te termina de convencer, no tienes que esperar hasta que la colección de otoño de Miu Miu llegue a las tiendas para pasarte a los conos.
La colección Seraphim de Contessa Mills incluye un conjunto de bullet bra y bragas en tonos de seda negra y champán. «Mi objetivo era combinar el encanto atemporal de la lencería de gran cobertura con la comodidad moderna», explica Mills sobre el diseño, inspirado en las modelos pin-up. «Quería crear piezas que no solo evocaran una época anterior, sino que también celebraran la belleza de la mujer actual: cómoda, segura y seductora». Ponerse el conjunto Seraphim fue sin duda más fácil que mis prendas de 80 años de vida de un estilo similar.
