Hay pocas personas que despierten más interés que la rutina de belleza de Nicole Kidman. Ya sea por su pelo, siempre cambiante en la alfombra roja –a veces con cresta y otras inspirado en una sirena–, por su ingenio o simplemente por su encantadora voz. Kidman es una auténtica estrella, en el sentido antiguo de la palabra. Así que es emocionante saber que tenemos algo en común: la veneración por los SPF y un uso bastante «errático» de las máscaras de luz roja.
Nos reunimos con ella para celebrar su nuevo nombramiento como embajadora mundial de la marca Clé de Peau Beauté, y la charla no tarda en girar en torno a su aprecio (y en algunos momentos, frustración) por el cuidado de la piel.
Mientras crecía en Australia, Kidman se mantenía estrictamente alejada del sol debido a su piel tan clara. «Somos una cultura de playa y, para una chica de tez muy clara, la protección solar tuvo que formar parte de mi vida desde el principio», explica a la versión británica de esta cabecera desde un Londres inusualmente caluroso.
Pero que nadie piense que la protección solar era algo que le gustaba. «Odiaba tener la piel tan clara. Me impedía hacer surf o los deportes que quería. Siempre sentía que no podía hacer lo que hacían los demás niños a menos que me pusiera grandes cantidades de crema de zinc de color blanco brillante (o rosa)», comenta.
Cortesía de Clé de Peau Beauté