Venía de desarrollar una amplia serie de proyectos de interiorismo en Ibiza, por lo que su encuentro con Palacio Helguera, una edificación del s.XVII que terminó comprando –y rehabilitando en forma de hotel en 2021– en los cántabros Valles Pasiegos, le supuso a Malales Martínez Canut la oportunidad de dar rienda suelta a sus anhelos más eclécticos, historicistas y románticos.
Nada de rascar vigas, nada de espacios diáfanos en los que predominara el blanco y, por supuesto, nada de tentativas minimalistas. Tal como la reconocida interiorista y empresaria explica, era el momento de buscar otro tipo de referencias acordes a los registros más populares de la época de la que data la construcción. “A lo largo del s.XVIII se impone paulatinamente el rococó como estilo decorativo y movimiento artístico. De hecho, mucha gente está equivocada porque le atribuye cierta oscuridad en el planteamiento y para nada. Es una corriente luminosa, que bebe directamente de los motivos naturales, con formas sinuosas, colores alegres y mucha presencia de la chinoiserie [la interpretación europea de la tradición artística China y del este asiático]”, introduce sobre la deriva estética que terminó por escoger para el interior de este íntimo inmueble de 11 habitaciones.
Librerías austriacas, escritorios Louis Philippe y una silla original estilo Louis XVI…Para reunir las miles de piezas ornamentales y de mobiliario que dan lugar a la colección de Palacio Helguera –todas ellas a la venta, una de las particularidades del hotel–, Martínez Canut recorrió varias ciudades europeas en busca de tesoros de época. “No me corté un pelo. Incursionaba en los anticuarios parisinos o viajaba hasta la famosa L’Isle-sur-la-Sorgue (un pequeño pueblo al sur de Francia con una gran densidad de tiendas de antigüedades). O me recorría Austria y Bélgica. Y de ahí fui sacando piezas que me gustaban, buscando devolverle a esta casona su esplendor de antaño, pero desde una óptica algo teatral y escenográfica. Un hotel, para mí, también es una oportunidad para mostrar o presumir del propio imaginario creativo y que los huéspedes lo disfruten”, reflexiona antes de repasar junto a Vogue España tres elementos que se repiten en las distintas estancias del lujoso (a la par que cálido) alojamiento rural.
