¿Será 2024 el año en que mueran las tendencias de moda? Resulta difícil imaginar que la industria pierda su debilidad por el nuevo gran fenómeno, pero lo que sí podemos afirmar con certeza es que las tendencias de hoy no funcionan igual que las de hace 20 años.
El año pasado, asistimos a una explosión de «inspiraciones» sartoriales asociadas a personajes improbables –como la Tomato Girl que inundó TikTok, animándonos a veranear al más puro estilo dolce vita–. Se trata pues de un nuevo enfoque hacia las micromodas, de alcance más amplio pero más nicho en tanto a sus referencias. Es el equivalente moderno de un moodboard adolescente donde se superponen incontables referencias a famosos, obras de arte, personajes de cine, imágenes de archivo e incluso algún que otro extraño gnomo de jardín.
Lo más innovador de esta aproximación a la moda es la libertad que ofrece al usuario. A diferencia de los dictados de las tendencias de antaño, son estilos híbridos mucho más abiertos a la idiosincrasia de cada persona. Como advierte Nuria Luis de Vogue en su artículo de tendencias clave para la primavera-verano 2024, muchos de los looks de la temporada adoptarán colores sobrios que seguramente ya tengas en tu armario.
Por ejemplo, vuelven dos clásicos como el vestido lencero y el de estampado floral. La vía más rápida para añadir chispa a tus próximos estilismos es fijarte en las musas de la nueva temporada, como las femme fatales vestidas de tul de Maison Margiela o las flappers a lo Daisy Buchanan de Prada. Si buscas inspiración para tus looks de 2024, no dejes de echar un vistazo a nuestros favoritos de las pasarelas.
Los vestidos de inspiración Carolyn Bessette-Kennedy de los 90
Las amantes de la moda minimalista se alegrarán de saber que el look de los 90 no tiene visos de desaparecer, ya que firmas como 16Arlington, Proenza Schouler y Courrèges han recurrido a los archivos de la década para reivindicar su estilo más depurado, a base de vestidos rectos en color gris, vestidos lenceros, maxivestidos monocromáticos y minifaldas de corte limpio. Echa un vistazo al libro de Sunita Kumar Nair dedicado al estilo de Carolyn Bessette-Kennedy, una auténtica oda al influjo atemporal de la socialite.
Los vestidos blancos monacales
Desde los blancos impolutos de coro de iglesia de Alberta Ferretti y los hábitos de cuello alto de Jil Sander hasta los angelicales pantalones por el suelo de Standing Ground, es una inspiración muy ‘cura hot’ de Fleabag, pero en versión pasarela.
Los vestidos hippie de nueva generación
La nueva hippie se alimenta de contradicciones: ha estado en retiros de meditación con monjes en el Himalaya, pero compra sus alimentos ecológicos en supermercados pijos; lleva vestidos de croché inspirados en los que tejía su madre en los años 70, pero los suyos cuestan 1000 euros y son de Gabriela Hearst. Bien podría ser la nueva protagonista de la tercera temporada de The White Lotus.
Los vestidos florales a lo Iris Apfel
Eclipsado por la sobriedad del «lujo silencioso», el humilde estampado floral ha brillado poco en las últimas temporadas, pero creemos que 2024 será el año de su regreso triunfal. ¿Nuestro consejo? Llévalo al límite. Ya sean las rosas de cortina de abuela de David Koma o el conjunto floral de vestido y cárdigan de Chanel, piensa en una jubilada que no viste, como suele decirse, “acorde a su edad”. Hola, Iris Apfel.
Los vestidos de flapper moderna
Daisy Buchanan es la clara referencia para este look de la época dorada del Jazz: tocados brillantes, adornos extravagantes y caídas de ojos devastadoras. Toma nota de los desfiles de Prada y Khaite e invierte en flecos esta temporada –ideales para la noche– o experimenta con las cinturas caídas: Cos tiene a la venta ahora mismo un vestido divino con este corte.
Los vestidos en tonos pastel
Gracias al regreso de The Crown, hemos estado buceando en el archivo de estilo de la familia real británico y nos han conquistado especialmente los dulces tonos pastel que frecuentaban la princesa Ana y la joven reina Isabel –cantidad de dos piezas vintage de Chanel y gabardinas cortas en tonos sorbete–. Fue una paleta que se vio en abundancia en los desfiles de primavera/verano 2024 de Fendi y Carolina Herrera, en forma de sedas fluidas y punto ceñido al cuerpo.
Los vestidos de lunares
Sí, la moda cae rendida al estampado de lunares todos los veranos, convirtiéndose en uno de los prints más atemporales y esenciales (con permiso del leopardo). Este 2024, los vestidos de lunares se posicionan en un indispensable de la época estival adaptándose a las tendencias del momento. Los hemos visto en pasarelas de firmas como Balmain o Altuzarra, por ejemplo.
Los vestidos drapeados
Caracterizados por sus pliegues y su caída, su silueta tiene ese poder buscado por muchas; el deseado efecto ‘vientre plano’. Así, es una opción infalible tanto en versión larga como corta y tanto para ocasiones especiales en looks de invitada como para situaciones más casuales.
Los vestidos de color azul ‘Sonic’
Algunos lo llaman cobalto, otros ultramar, y para nosotras es el color de los vestidos de la temporada: Azul ‘Sonic’ (sí, como el erizo del videojuego). Y es que este tono intenso de azul con un punto de dibujo animado, o de ceras de colorear, ha subido a las últimas pasarelas de Roksanda, Acne Studios y Bally.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.co.uk
