Estoy bastante seguro de que, en los inicios de su carrera, Macaulay Culkin pensó que en algún momento subiría al escenario de los Óscar a recoger uno de los premios. Llevaba camino de ello, desde luego, hasta que la adolescencia se topó en su camino y ya no hubo manera de volver a tomar las riendas. Sin embargo, su hermano, Kieran, que debutó con él en ‘Solo en casa’, sí que lo ha logrado gracias a su magnífico papel en ‘A Real Pain’. Y, efectivamente, Macaulay estaba viéndolo, precisamente, solo en casa, gastando pañuelos y llorando.
Solito en casa, me monto una fiesta, me va la guasa
Macaulay acudió a la fiesta de los Óscar de Vanity Fair, según afirma Entertainment Weekly, y allí contó todo lo que había visto de la gala: «Solo el Mejor Actor de Reparto. Fue lo único que vi. De verdad, de verdad… Lloré. Y estaba en plan ‘Te voy a ver luego'». Las cenas de Navidad de los Culkin tienen que ser, desde luego, para ver y no creer.
Eso sí, por mucho que llorara, era consciente, como todos nosotros, de que Kieran tenía todas las cartas en la mano para ganar: «Por supuesto. Seamos sinceros. Podemos decirlo. Estaba en la fila de delante, en el pasillo, cerca de las escaleras. No había ninguna manera de que no ganase«. Que se lo haya llevado todo durante los últimos dos meses también daba ciertas pistas, digo yo.
Además, después de la gala de los Óscar ha quedado claro que la saga de los Culkin crecerá aún más después de que Jazz Charton le prometiera tener dos hijos más si ganaba el Óscar. La encerrona más televisada de la historia.
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