Pedro Almodóvar visitando la exposición de ‘Madrid, chica Almodóvar’ en Conde Duque.Iglesias Mas
Según palabras del director manchego, encontró en esta urbe un paisaje perfecto y una fauna incorrecta e ideal para cada una de sus películas. En la ciudad de las mil caras, existe un Madrid para cada espectador y para cada momento. Desde las noches en La Vía láctea y los domingos de Rastro de los personajes de Imanol Arias y Fabio McNamara en Laberinto de pasiones (1982), hasta el Café moderno de Plaza Comendadoras de Madres paralelas (2021). Quien era nombrado hijo adoptivo de la ciudad de Madrid en 2018, nunca la relegó a un mero telón de fondo en sus películas, sino que la dotó siempre de carácter propio, poniéndola al nivel del resto de interpretaciones. Antes de Carmen Maura,Verónica Forqué, Penélope Cruz, Rossy de Palma o Victoria Abril, la capital ejercía ya de musa. En definitiva, ‘Madrid es la verdadera chica Almodóvar’, como lo dice el comisario de esta exposición. Es una intérprete más, aquella que dio nacimiento a la estética y al universo fílmico del director.
Este año se cumplen cinco décadas desde la llegada de Almodóvar a la ciudad que le acogió por primera vez con veintitantos años. Tres Oscars, nueve Goyas, dos Bafta y un Globo de Oro después, se ha convertido innegablemente en uno de los mayores referentes del panorama cinematográfico nacional e internacional.