Han pasado ya más de cuatro años desde la publicación de Clamor, el último disco en el que se escuchó la voz de Maria Arnal (Badalona, 1987), una de las más singulares y especiales del panorama musical nacional. La catalana formaba pareja artística entonces con Marcel Bagés, una dupla que rompía tras terminar una celebrada gira con todas las entradas vendidas que acompañó el lanzamiento. “Era algo que estaba cantadísimo desde hacía mucho”, reconoce Arnal tras la sesión de fotos que ilustran estas páginas. “O se acababa eso o dejaba la música, así de claro”, apunta con total honestidad. “Tenía que continuar de esta manera y ahora me siento mucho más feliz con lo que soy y lo que hago. Estoy orgullosa de haber sido valiente y no quedarme en una inercia que no me llenaba y en la que no estaba a gusto”, continúa.
Quedaba atrás un proyecto en el que figuraban dos discos, 45 cerebros y un corazón –presente en todas las listas de lo mejor de su año de publicación, 2017– y el mencionado Clamor, para dar paso a una era en solitario, con cambio de management incluido, que arrancará oficialmente en la próxima edición de Sónar, el festival de música avanzada de Barcelona que se celebra entre el 12 y el 14 de junio en varios espacios de la ciudad, y seguirá también en el Kalorama de Madrid, el BBK Live de Bilbao, Italia, México o Austria, entre muchas otras citas todavía por confirmar. Un final a casi tres años de relativo silencio en los que la artista no ha parado. “Esta etapa es el resultado de todas las Marias previas. De alguna manera, desde que terminé la última gira, he estado experimentando con diferentes expresiones de la música, montando instalaciones sonoras e investigando la voz desde tecnologías de IA con una perspectiva ética”, comparte.