María esperó ocho meses el resultado de su cribado de cáncer de mama en Valencia: “Estar pensando si está bien o mal es horroroso” | Noticias de la Comunidad Valenciana

María A. R., valenciana de 68 años, entró en el sistema de cribado para la prevencion del cáncer de mama de la sanidad pública con 40 años. Nunca lo ha pasado tan mal por la espera de los resultados como en el último año, cuando la incertidumbre se apoderó de ella durante ocho meses, desde que se hizo la mamografía, con un año de retraso en la citación del procedimiento habitual, hasta que se descartó finalmente la enfermedad. “Estar pensando si está bien o mal es horroroso”, dice la mujer que pensó en contar su testimonio cuando conoció el escándalo de los cribados en Andalucía.

Con anterioridad, sus citaciones llegaban con normalidad cada dos años. “Eran puntuales como un reloj”, asegura. Hace aproximadamente seis años le hicieron como siempre la mamografía. “Es una prueba que me genera mucha ansiedad porque me atemoriza la palabra cáncer”, reconoce. Estaba acostumbrada a que los resultados le llegaran en una semana, pero por aquel entonces pasó algún día más. “Lo recuerdo perfectamente, estaba tomándome el café después de comer y me llamaron del ambulatorio porque vieron algo y querían descartar que fuera malo”, explica. A los 15 días le realizaron una ecografía para afinar en el diagnóstico y le detectaron un nódulo diminuto en uno de los pechos que resultó ser inocuo.

Volvió a los dos años a una revisión normal, esta vez sin ecografía, sin mayores repercusiones. La siguiente le tocaba en abril de 2024, pero la citaron casi un año después, en febrero de 2025, y después de llamar para advertir del retraso. Se sometió a la prueba, esta vez en la Unidad de Mama del centro sanitario de Malilla, en la ciudad de Valencia, donde puedo apreciar que las máquinas eran nuevas. Cuando se despidió, debido a su fobia, preguntó si el resultado le llegaría en una semana o así como antes pero le advirtieron de que en esos momentos no había radiólogo, que es el que se encarga de revisar la prueba, y podía demorarse un mes.

Después de dos meses sin noticias, llamó varias veces a la unidad pero no consiguió que le contestaran al teléfono. A principios de abril logró contactar telefónicamente y les recordó que seguía esperando los resultados de su mamografía, y es entonces cuando le informaron de que no le habían llegado porque estaba a la espera de hacerle una ecografía. “Ahí ya me quedé chafada. Nadie me había informado de que tenía que hacerme una ecografía, estaba esperando sin saber nada”, explica.

“Estar pensando si está bien o está mal es horroroso”, añade la mujer, que ante el temor de que fuera algo serio se fue y pagó una ecografía en una clínica privada. Ahí es donde le dijeron que el diminuto nódulo que le vieron tiempo atrás había crecido “significativamente”. Con ese informe se fue a su doctora de familia, le contó la historia y la facultativa la mandó al radiólogo “al margen de los canales de la unidad de cribados”, subraya la mujer. Le hicieron una ecografía en la red pública el 5 de septiembre pasado y el 9 le realizaron una biopsia en el Hospital Peset. Esperó 15 días al resultado y el 30 de septiembre, a pesar del aviso rojo por lluvias, se plantó en su centro de salud “porque no podía aguantar ni un día más” sin conocerlo. Se le eriza la piel cuando recuerda que le dieron el resultado negativo pero subraya, enfadada, que se produjo fuera del sistema de prevención. “No se puede tener a la gente así. Porque, además, cuando se detecta pronto hay un porcentaje más alto de curación”, añade. La mujer reconoce que incluso con la covid-19 le llegó la citación a la revisión de forma puntual. “Tengo muchísimo miedo pero no me salto una revisión por nada del mundo”, concluye.

“Sinceramente, cuando oí los casos en Andalucía, pensé rápidamente en denunciarlo”, advierte para referirse a su experiencia. En Andalucía, a 2.000 mujeres que se sometieron al cribado nunca les llegó el resultado de su prueba, algunas de ellas con anomalías, y que en algunos casos acabaron desarrollando un cáncer que no se trató a tiempo por una posible negligencia que ya está en manos de la justicia.

Ante el escándalo en Andalucía, los socialistas valencianos han denunciado que el Gobierno valenciano ha reducido solo en un año las pruebas de cribado de cáncer de mama en la Comunidad Valenciana, según recoge la memoria del Comité Económico y Social (CES) de 2024. En concreto, el número de cribados realizados ha pasado de los 235.706 del año 2023 a los 223.414, es decir, 12.292 pruebas menos.

Rafa Simó, portavoz socialista de Sanidad, ha presentado una batería de preguntas y solicitudes de documentación en las Cortes Valencianas para que la Generalitat explique todos los detalles del programa de cribado de cáncer de mama y la externalización de pruebas a la privada, tras desvelarse que en 2024 el Consell que preside Carlos Mazón realizó 12.292 pruebas de cáncer de mama menos que el año anterior. En concreto, se realizaron 223.414 pruebas, la cifra más baja desde la pandemia, sobre un total de 340.615 invitaciones remitidas a mujeres entre 45 y 70 años, lo que supone una tasa de cobertura del 65,6%. Esta tasa es 4 puntos inferior a la que se registró en 2023 (69,6%). “Estamos ante el peor dato de los últimos cuatro años en lo que respecta a la prevención del cáncer de mama, lo que demuestra que el relato del presidente Carlos Mazón y del consejero de Sanidad, Marciano Gómez, de que la prevención iba a ser una prioridad para su gobierno es pura propaganda”.

El portavoz parlamentario socialista José Muñoz denunció hace solo unos días que “son muchas las mujeres que nos están haciendo llegar sus problemas con las pruebas de cribado del cáncer de mama” y animó a seguir denunciando: “No podemos seguir en el modelo de privatización de la sanidad que tiene efectos desastrosos para las personas”. Muñoz insiste en que “lo que está ocurriendo en Andalucía no es un caso aislado, es un tema grave que responde a un modelo ideológico del PP”.

Una portavoz de la Consejería de Sanidad replica que los datos de la memoria del CES eran provisionales, “son incompletos, por eso llevan un doble asterisco”. Y asegura que el año pasado se hicieron en realidad, con los datos anuales cerrados, 232.520 cribados, lo que supone 3.186 mamografías menos, no 12.000.

Sanidad alude a dos factores que impactaron directamente en el desarrollo del programa de cribado durante 2024. Por un lado, la renovación de 11 equipos de mamografía, lo que implicó una parada técnica de unos 3 o 4 días por cada equipo para su instalación y puesta en marcha. En total, esta renovación supuso una interrupción de más de un mes de actividad en distintos centros. Y, por otro lado, la suspensión temporal del programa en zonas afectadas por la dana, lo que provocó una reducción notable de la actividad. Solo en noviembre de 2024, en dichas zonas, se realizaron 4.000 mamografías menos que en el mismo mes del año anterior, apunta la consejería.

Sin embargo, aseguran que de enero a septiembre de 2025, la Consejería ha hecho 182.000, 10.000 más que en el mismo periodo del año anterior.

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