Meghan Markle y la reina Letizia: unidas por la sastrería blanca
Las referencias estilísticas a la princesa Diana de Gales son muy habituales entre los looks de las personalidades más importantes del planeta. Sin embargo, esta vez, ha sido la reina Letizia la que parece haber inspirado el último look de Meghan Markle.
En medio de la crisis real británica, Meghan y Harry han viajado a Nigeria con motivo de los Invictus Games. Para visitar al jefe de defensa del país, la que fue duquesa de Sussex eligió un traje de color blanco de Altuzarra con el que rápidamente nuestra cabeza pensó en uno de los looks más emblemáticos de la reina Letizia: el de su pedida.
La galería de estilo de una persona se va construyendo, lógicamente, con el paso del tiempo y de los años, pero es innegable que en ella siempre hay hitos, looks que por su peso estético o por el momento en el que fueron llevados se convirtieron en especiales. Doña Letizia tiene varios, entre los que se encuentra el (oh, sí) inmaculado traje de chaqueta blanco de su pedida, con el que ella y el entonces príncipe Felipe anunciaron su compromiso. Un estilismo que se quedó grabado a fuego en la retina colectiva y que ha revisitado en diferentes ocasiones como en un acto oficial en Madrid en 2018.
Igual que hizo Letizia en la reinterpretación de ese look en 2018, Meghan Markle combinó el traje blanco con unos zapatos de color camel. En el caso de Markle, de una marca icónica de calzado: Manolo Blahnik. La americana cerró el conjunto con joyas doradas y el reloj de Cartier que pertenecía a su suegra, Lady Di.
No es la primera vez que Markle demuestra que vestir de blanco es magnético. La pureza, la bondad o la transparencia son algunas asociaciones rápidas que se hacen con el concepto vestir de blanco. Al menos, si se quiere mirar desde el prisma de lo positivo. Porque aunque en líneas generales suele ser la óptica que se adopta, hay una sombra que lo oscurece ligeramente, y es la de la falta de sorpresa. Hay quien considera que vestir de blanco es previsible, aburrido o, por el contrario, excesivo en tanto que demasiada claridad, como si un foco invisible apuntase directamente hacia la persona que se atreve. Sin embargo, las posibilidades del tono son amplias en tanto que permite centrarse en la construcción de las piezas y los patrones, al mismo tiempo que en los tejidos y sus texturas; una manera de llamar la atención sobre aspectos que los amantes de la moda valoran (y mucho).