Estas son las mejores almohadas que debes tener bajo tu radar
Meditar, leer un libro o alejarse de la luz azul antes de irse a la cama, son algunos trucos que nos ayudan no solo a conciliar el sueño más rápido, sino también a descansar mejor. Y aunque dormir pueda parecer algo cotidiano que damos por sentado, la realidad es que influye directamente en nuestra salud, rendimiento diario, y hasta, en nuestro estado de ánimo. Y sí, no hay duda de que merece toda nuestra atención. Aunque para asegurar un descanso de calidad, hay un factor aún más importante que cualquier truco: contar con una muy buena almohada, además del colchón. Esta es la responsable de hacerte sentir como si estuvieras de vacaciones en la suite de un lujoso hotel o de hacerte pasar una muy mala noche.
Pero, ¿cómo dar con la perfecta? La realidad es que las opciones de almohadas en el mercado parecen no tener fin, por lo que dar con la ideal puede convertirse en todo un reto. Aún así, hay dos factores que conviene siempre tener presente:
1. La forma de dormir
Sí, la postura en la que descansamos es fundamental para que –gracias a nuestra almohada– el cuello permanezca alineado con la columna, y así, podamos disfrutar de un sueño reparador, libre de dolores o tensiones. Y es que, aunque solemos movernos durante la noche, casi todos tenemos una posición más habitual.
- De lado: lo ideal es contar con una almohada que se caracterice por tener bastante grosor y firmeza.
- Boca arriba: lo más recomendable es apostar por una que tenga tanto grosor como firmeza media.
- Boca abajo: lo más conveniente es optar por una almohada muy fina y blanda para evitar que el cuello quede en una posición forzada o incómoda.
- Si cambias constantemente de postura: lo más aconsejable es apostar por un modelo de grosor y firmeza intermedios que se adapte a cada movimiento.