Menos cortisol, más serotonina: caminar soluciona casi todos los problemas
Me gustan los hábitos pequeños. Los cambios mínimos. Los propósitos realistas. Por eso, me llamó la atención este podcast de la experta en crecimiento personal Mel Robbins. Bajo un título prometedor para conseguir mi objetivo, 9 Small Things That Will Make a Surprisingly Big Difference, lo escuché con devoción y encontré la frase que necesitaba oír. “Un pequeño paseo es la solución al 93% de tus problemas”, Robins dixit. Aunque suene un tanto excesiva, la divulgadora explica que un paseo de 10 minutos puede ser el remedio a muchos problemas y situaciones estresante del día a día porque resetea la mente y te permite volver a centrarte en lo importante. “Caminar te sube el estado de ánimo” y te permite cortar con el flujo negativo de emociones que puedes tener en un momento dado. Te permite tomar perspectiva y enfrentarse a los problemas desde la calma y con un estado de ánimo equilibrado.
Precisamente sobre el poder de caminar está hablando largo y tendido la experta en mindfulness y neurociencia, Andrea Klimovitz, que en su cuenta de Instagram está adoctrinando sobre lo poderoso que puede ser a nivel emocional un paseo. “Caminar es el hábito más simple y más poderoso que tenemos”. A ella le hemos preguntado por la afirmación de Robbins. “Me parece una frase provocadora, pero muy cierta en el fondo. Obviamente no todos los problemas se resuelven caminando, pero sí es verdad que un paseo cambia por completo tu estado mental. Caminar te saca del bucle de pensamientos, activa el cuerpo y permite que la mente se reorganice. Cuando te mueves, literalmente cambias de perspectiva, y eso puede hacer que veas las cosas de otra manera. Es una forma sencilla y poderosa de resetearse”, apunta.
Menos cortisol, más serotonina
En la era en la que nos preocupa tanto mantener a raya los niveles del cortisol (somos una generación estresada que lo tiene por las nubes), preguntamos a Klimovitz por los beneficios en ese sentido. Hay estudios que demuestran que caminar —sobre todo al aire libre, en entornos naturales— reduce los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés. Además, favorece la producción de endorfinas y serotonina, las conocidas ‘hormonas del bienestar’. En pocas palabras: caminar calma el sistema nervioso, baja el nivel de estrés y mejora el humor de manera casi inmediata”. De hecho, la experta también referencia un estudio de la Universidad de Stanford que concluye que caminar puede aumentar la producción creativa un 60% porque el movimiento y el aumento del flujo sanguíneo fomenta el pensamiento divergente.