El primer look de Meryl Streep en el rodaje de ‘El diablo viste de Prada 2’
El rodaje de ‘El diablo viste de Prada 2’ está dejando algunos de los momentos más destacados en moda estos días. La esperadísima secuela vuelve con Anne Hathaway, Emily Blunt y Meryl Streep a la cabeza: responsables de la expectación que se ha generado en torno a la película y también, protagonistas de las imágenes del rodaje, que se está produciendo estos días en Nueva York. Ahora ha sido el turno de que llegue la icónica Miranda Priestly al set.
El personaje al que encarna Meryl Streep continúa con su estilo pulido, el mismo que ya pudimos ver en las oficinas de Runway durante la entrega dirigida por David Frankel en 2006. Tras ver a Hathaway encarnar el corpcore de la forma más fiel posible (con tonalidades oscuras y raya diplomática), la que fuera su jefa ha apostado por una visión mucho más colorida y vivaz.
Así, veíamos a Meryl Streep con una falda de cuero marrón y un cinturón a juego, a las que sumaba unos tacones anaranjados en sintonía con esta gama cromática. Sin embargo, destaca el tono llamativo y violeta de la blusa que sumaba al conjunto, que contrastaba con el resto de las prendas y aportaba un diseño vitamínico, contrastado con los colores cálidos que predominan y capaz de levantar el ánimo cualquier día gris.
Aunque la silueta que destacaba por encima del resto, por su funcionalidad y la pasión que ya levantó el año pasado, era la gabardina que incorporaba como abrigo. Una opción perfecta para el entretiempo que sin duda seguiremos llevando este otoño-invierno 2025 (ya se ganó el amor de las insiders durante la temporada pasada) y que en esta ocasión cuenta con un tejido fluido, ligero y beige tan atemporal que durará años en tu armario.
Ya durante 2024 las gabardinas mostraron variaciones que demuestran que esta prenda clásica todavía tiene mucho que ofrecer: aparecieron en el street style teñidas de granate, rosa e incluso con opciones vaqueras que se salen de los neutros. En este caso, Meryl Streep lucía una versión que dejaba de lado la estructura, ideal para aportar un punto casual a un estilismo ya formal como el suyo, vestir de manera despreocupada y, además, para introducirla en los conjuntos veraniegos cuando baje las temperatura. Y desde luego, el mejor aliado para aquellas que se encuentran de vacaciones en el norte.