En Hollywood abundan las historias de proyectos que cambiaron de manos antes de convertirse en clásicos: muchas veces, las películas que hoy consideramos obras maestras pudieron haber tenido un destino muy distinto si otro cineasta hubiera estado al mando, lo que pudo haber ocurrido con un emblemático drama bélico de finales de los noventa: antes de que Steven Spielberg lo convirtiera en una experiencia cinematográfica inolvidable, el encargo recayó en Michael Bay, quien finalmente decidió apartarse al sentirse incapaz de hacer justicia al material.
En los primeros compases de su carrera, Michael Bay recibió una propuesta para tomar las riendas de ‘Salvar al soldado Ryan‘, un drama ambientado en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, Bay declinó participar porque afirmaba no saber cómo abordar la historia, reconociendo implícitamente que no encajaba con su estilo habitual.
Según documentos de producción, en una fase temprana el proyecto estuvo asignado a Bay, pero él lo abandonó. Esta decisión no fue improvisada: en una entrevista con Collider, el director confesó que, cuando vio la escena inicial de la película con Spielberg, la calificó como «la mejor primera escena de cualquier película» y supo que no habría sabido superarla, reconociendo que Spielberg era la persona idónea para ese tipo de relato.
«Nadie irá a ver la película»
Además, en esa misma charla, Bay confesó que también estuvo contemplado para dirigir ‘Black Hawk Down’, basada en el libro de 1999, sin embargo, terminaría siendo dirigida por Ridley Scott en 2001. Por muy violentas que puedan ser las películas de Bay, admite que la violencia de la guerra fue demasiado para él:
Me dieron ‘Black Hawk Down’. Pensé: «Esto es demasiado violento, nadie va a ir a ver esta película». Me alegro mucho de que Ridley Scott hiciera esa película. Así que me alegro de que no me eligieran, gracias a Dios, y de que no dijera que sí».
El hecho de que Bay renunciase y que el proyecto recayese luego en Spielberg resultó decisivo al sumar un enfoque realista y emocional, más cercano a una inolvidable experiencia cinematográfica que encontró en manos del realizador adecuado el canal perfecto de expresión de los horrores de la guerra.
En esa película, Spielberg llevó el realismo al máximo al echar mano de 30 veteranos de guerra amputados y parapléjicos equipados con prótesis para representar a soldados desfigurados quienes, al desprenderse de estos aparatos de asistencia en la escena de acción, simulara un desmembramiento real en los soldados.
Fue así como ‘Salvar al soldado Ryan’ recayó en Spielberg para convertirse en una obra maestra del cine con temática bélica que, en propias palabras de Michael Bay, nadie hubiera podido haberlo hecho mejor.
Foto de IMDB