Aunque se prevé que el título de ‘canción del verano 2025’ va a estar muy disputado –entre el CUARTO AZUL, de Aitana, y el TROPICOQUETA, de Karol G, opciones no faltan–, lo que está claro es que si hay un temazo que no va a faltar en una verbena de pueblo o en un chiringuito a orillas del mar en los próximos meses es DROGA. La poderosa alianza entre Mora y C. Tangana, una bachata rápida con textura metálica y algo kitsch, ya ha cosechado más de 38, 2 millones de reproducciones en Spotify. Y no es, ni mucho menos, el único tema del quinto disco del puertorriqueño, LO MISMO DE SIEMPRE (Rimas Entertainment; disponible desde el 18 de mayo), que ha sido destacado en la plataforma: otros sencillos como AURORA, DETRÁS DE TU ALMA, MÁS QUE ALGO o MIL VIDAS también se han colado recientemente en la sección de Weekly Top Songs in Spain.
En una videollamada que salva un Atlántico de distancia, el artista nacido en Bayamón en 1996 conversa con Vogue España sobre cómo este nuevo trabajo, que supone un salto de nivel en la conquista de la fama internacional, ha llegado para cerrar una etapa artística en su vida. Pero antes, eso sí, disfrutará de un ambicioso tour global que incluye 12 conciertos en nuestro país –entre ellos, una noche en el Palau Sant Jordi (el 23 de septiembre); y dos en el Movistar Arena (el 10 y 11 de octubre)–. Lejos quedan ya sus inicios en la industria como productor o como compositor para terceros: es coautor de temas como Dakiti (2020), para Bad Bunny y Jhayco. Ahora, incluso a pesar de su confesa ansiedad social, es él quien acapara todos los focos. Quizá nada de esto figuraba en los planes de Gabriel Armando Mora Quintero, pero, sin duda, en la actualidad él sí que figura en los planes de muchos.
Mora y C.Tangana, en la grabación del videoclip de ‘DROGA’.Adrián Ríos
¿Cómo se tejió en detalle la colaboración con C. Tangana en el sencillo ‘DROGA’? ¿Ha sido amor a primera pista?
La canción nace de una forma muy particular. Yo llevaba ya tiempo hablando con él; ‘intercambiando respeto’, como quien dice. Nos habíamos visto incluso una vez en persona en Los Ángeles, pero no habíamos concretado nada musical hasta que, en conversaciones más recientes, empezamos a barajar la posibilidad de hacer algo juntos. Al mismo tiempo que se inició esta conversación, yo ya tenía la maqueta de este tema. Lo había grabado solo con mi voz, y me parecía cool, pero la había dejado reposar porque sentía que le faltaba algo. Cuando él me escribió, esta canción era lo más fresco que tenía en mi teléfono, así que fue inmediato. Le dije: «Pues mira, si te gusta, tengo esto». A él le encantó y empezamos a intercambiar ideas. Hasta que coincidimos en tener dos días libres para grabar, algo que llevábamos un rato buscando… Finalmente, nos vimos en Madrid, fuimos al estudio y la canción la hicimos del tirón, como si fuera una operación de corazón abierto. Al segundo día volvimos para arreglar un par de cositas que nos estaban perturbando la paz, porque imagínate a dos maniáticos tratando de terminar un tema juntos (risas). Y ya. Con eso quedó.
El videoclip también está grabado en Madrid, ¿cuál es la intrahistoria?
También fue curioso. Se suponía que lo íbamos a grabar aquí, en Puerto Rico, pero él no pudo por X razones, no vamos a entrar en detalles, pero tuvo una emergencia y no pudo llegar. Entonces, tuvimos que reaccionar con rapidez. Al mes, me monté en un avión rumbo a Madrid en un viaje de ida y vuelta casi en el día. Grabamos el video tres o cuatro días antes de que saliera el disco.
¡Uf, por los pelos!¿Qué es lo que más te ha fascinado de su singular visión creativa?
Hermano, ¿todavía hay alguien que no sepa que C. Tangana es un genio? Es un maestro en lo que hace. El mismo video de DROGA. Yo le había enseñado el material visual en el que había estado trabajando para el resto del disco junto a Stillz [el famoso fotógrafo y director de arte Matías Vásquez], para que hubiera una coherencia estética con lo que ya estaba hecho. Pero yo a Pucho le dije: «El que sabe de video aquí eres tú, no yo. Yo puedo sacar unas ideitas, pero el que realmente le da cabeza a eso, eres tú. El video hazlo tú» (risas). Pero lo bueno es que, de manera natural, compartimos muchos gustos sobre el estilo de cámaras o la gama de colores que queríamos usar. A lo que yo le tenía miedo es a que se viera diferente al resto de materiales, pero nuestras inclinaciones estéticas son muy similares. Y a él no es solo que le guste el audiovisual, es que es la maldita bestia. Fue fácil trabajar con él.