Móviles sin internet: cuando lo último en tecnología es lo más antiguo

Móviles sin internet: un regreso a la vida sin IA

A principios de este año, el presidente de Chile hizo pública su decisión de iniciar una transición digital a la inversa: Gabriel Boric ha retrocedido dos décadas y ha cambiado su smartphone por un teléfono móvil con el que solo puede recibir llamadas y mensajes de texto. Ni redes sociales ni WhatsApp. Tan siquiera una aplicación para consultar la previsión metereológica. Según él, su decisión de salir de la hiperconectividad se debe a querer “utilizar la tecnología para mejorar nuestra calidad de vida, no para ser esclavos de ella”. Porque, según dijo durante su ponencia en un congreso científico en enero: “Es esencial preguntarnos qué humanidad queremos ser porque, si no lo hacemos, otros decidirán por nosotros».

Boric no es el único. Cada vez son más las personas que deciden pasarse a los denominados dumbphones (o teléfonos tontos, en contraposición al término de teléfono inteligente): esos dispositivos que llevábamos en el bolsillo al comienzo del siglo XXI y que hoy vuelven como la solución para volver a tomar las riendas de nuestro tiempo y así acabar con trastornos derivados del uso de esta tecnología, como la ansiedad o el FOMO, una patología por la que tenemos miedo a estar ausentes y que nos obliga a estar conectados constantemente. Y no solo el trabajo es el culpable de este enganche, parece que tan siquiera somos capaces de despegarnos del móvil cuando estamos en un momento de ocio o descanso: el 56,5% de las personas mira a la pantalla de su smartphone mientras ve la televisión, según un estudio de Barlovento Comunicación.

Precisamente Nokia, una de las empresas que lideró en los 2000 el mercado de los teléfonos móviles sin internet, vuelve ahora con una propuesta de dumbphones para desconectarnos por completo o para hacerlo esporádicamente durante los fines de semana y periodos de vacaciones. “Vamos siendo más conscientes del tiempo de conexión a Internet y del uso de ciertas aplicaciones”, explica Silvia Martínez, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación y directora del máster universitario de Social Media: Gestión y Estrategia, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), e investigadora del grupo GAME. “En este cambio en la relación con la tecnología, también se ve en estos móviles una opción en la que los padres confían más a la hora de ofrecer un dispositivo propio a sus hijos menores. Al no disponer o no poder añadir aplicaciones relacionadas con el uso, entre otras, de plataformas sociales, ven en ellos una vía para poder tener localizables y poder contactar con sus hijos sin los riesgos que pueden presentar para los menores el acceso a esos otros usos que permite el smartphone”.

Pero, ¿por qué tener un teléfono básico cuando podemos guardar nuestro smartphone en un cajón y no utilizarlo? No es tan sencillo. “Igual para el día a día o el trabajo se necesita poder recurrir a esas aplicaciones que el smartphone nos ofrece pero, una vez finalizada la jornada y en el tiempo libre, queremos poder estar localizables y poder realizar llamadas o mandar mensajes, pero no tener la tentación de estar consultando otros servicios que podrías tener al alcance de la mano con el smartphone”, añade Silvia Martínez. Y es que según datos de Statista, aproximadamente la mitad de los usuarios de teléfonos inteligentes estamos conectados entre una y cuatro horas a internet a través de nuestros teléfonos.

Ver fuente

Farándula y Moda

Entrada siguiente

Muere Rick Buckler, exbatería de The Jam, a los 69 años | Cultura

Mié Feb 19 , 2025
Comparte en tus redes sociales Cada uno de nosotros contiene multitudes, pero, al final, solo una identidad se impone a las demás. La de Rick Buckler —ahora ya para siempre— es la de haber sido el batería del trío británico The Jam, banda de punk, new wave y pop que, […]
EL PAÍS

Puede que te guste