Cada otoño, como un reloj, aparecen unas nuevas zapatillas de moda. Desde hace un par de años, muchas son una variante de la Adidas Samba (¿cuándo se cansará la gente de esas zapatillas? Probablemente nunca, la verdad). Pero últimamente ha habido otros candidatos de altura. Los Wallabees de Clarks. El eterno mocasín. La clásica bota Ugg de los 2000. Y ahora, tenemos un nuevo aspirante urbano: los náuticos, que vi por todas partes este fin de semana en el asfalto cubierto de hojas de los barrios londinenses de Peckham, Dalston y Soho.
Quizá asocies los náuticos con tu padre o con los monitores de campamento que los llevaban con bermudas beige, o con los yates de los ricos de Wimbledon, pero no te equivoques: no nos referimos a esos náuticoa. Lo que he visto al pasear por Londres se parecían más a los de horma cuadrada que lleva la Generación Z (los unisex de Kickers o Timberland) y nadie los llevaba sin calcetines o con pantalón corto ajustado como hacen en Nantucket, la famosa isla de Massachussets. Son como la evolución Pokémon de las Clarks Wallabee, pero aún más paternales. Y las llevan tanto o más las chicas que los chicos.
Jeremy Moeller/Getty Images