Este otoño-invierno 2025 solo necesitas una corbata
La corbata, prenda por excelencia del armario clásico masculino, lleva ya años alejada de su tradicional zona de confort. Tantos, que ya ni nos sorprende verla protagonizando looks delicados y femeninos y, aún así, todavía hay quien conserva ciertas reticencias a incluirla en sus estilismos de diario. Pese a que, por méritos propios, se ha convertido en una de las claves de los armarios más cool de 2025. Y es que este accesorio ha pasado por infinidad de idas y venidas sin llegar a ser del todo admitida por el público general hasta que, en pleno 2025, hashtags como #girlbossaesthetic ensalzaron en redes sociales la estética, colapsando nuestros feeds con trajes sastre de chaqueta, camisas perfectamente planchadas, mocasines de piel y, por supuesto, corbatas de todos los estampados, formas y colores posibles.
Pero no, aunque el estilo sartorial haya alcanzado ahora una popularidad inusitada, no es un invento milenial ni de la generación Z. El origen de esta prenda —aunque impreciso— se remonta a los pañuelos que los soldados croatas del siglo XVII llevaban atados al cuello como parte de su uniforme, un detalle que fascinó a los franceses, quienes lo adoptaron bajo el nombre de cravate (de “croate”). Desde entonces, la corbata ha evolucionado con el tiempo adaptándose a los códigos sociales y estéticos de cada época: en los años 20, una jovencísima Marlene Dietrich se atrevió a incorporarla a su vestuario como símbolo de rebeldía y desafío a las normas de género. En los 60 se consolidó como un accesorio de lujo del armario andrógino femenino y, una década después, el power dressing —con la icónica Annie Hall de Diane Keaton a la cabeza— la popularizó también entre el público general. El golpe definitivo llegó en los 90 con Julia Roberts enfundada en un traje masculino con corbata de Armani en los Golden Globes, poco después del éxito arrollador de Pretty Woman.
Hoy, la corbata ha resurgido con fuerza en las pasarelas más influyentes del mundo y, aunque se asocie tradicionalmente con Ralph Lauren, firmas como Saint Laurent, Gucci, Miu Miu o Valentino la han convertido también en un elemento central de sus colecciones recientes. Lejos de su connotación formal o corporativa, ahora se presenta reinterpretada con telas ligeras, estampados arriesgados o incluso con pedrería y apliques de strass. Así, en esta nueva era, la corbata ha dejado de ser un símbolo de rigidez para transformarse en un gesto de empoderamiento, combinada con micro faldas, blazers oversize, botas altas o tops lenceros, desdibujando los límites entre lo masculino y lo femenino. Por todo ello, he aquí tres formas de lucirla (avaladas por el street style) muy en tendencia, con las que fallar es misión imposible.
1. Corbata + blazer = acierto asegurado
Que estemos ante un clásico entre los clásicos implica que no acertar sea inviable: la simbiosis entre una blazer estructurada, una camisa blanca y una corbata al cuello es, a todas luces, una combinación ganadora. Pero más allá de su fórmula tradicional, esta tríada admite múltiples lecturas: si buscas un efecto más relajado puedes optar por llevar la camisa desabrochada en los primeros botones y dejar la corbata ligeramente suelta, jugando con la idea de lo effortless. Para un aire más sobrio, apuesta por una blazer de corte masculino oversize, combinada con pantalones rectos o incluso con minifalda para generar contraste. Elige corbatas con estampados inesperados para darle un giro al look, y no olvides los detalles: los accesorios pueden transformar completamente el estilismo, adaptándolo del entorno laboral al street style.
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2. Jugar con el monocolor, un truco infalible
Si aún no las tienes todas contigo con la idea de incorporar la corbata a tus looks, optar por un conjunto monocolor puede ser una excelente forma de empezar a explorar este accesorio sin salir de tu zona de confort. Al mantener una misma gama cromática —por ejemplo, un total look en negro, gris, beige o azul marino— conseguirás que la corbata se integre de forma natural en el conjunto, sin robar protagonismo ni generar un contraste excesivo. A medida que ganes confianza, podrás ir introduciendo pequeñas variaciones gradualmente, como jugar con texturas, probar corbatas con estampados o incorporar colores que resalten sin desentonar.
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3. Corbatas con cuero, para llevar 24/7
Si existe otra prenda resistente a tendencias y temporadas más allá de la corbata o la blazer, esa es, sin duda, la chaqueta de cuero. Ya sea en forma de bomber, perfecto, biker o incluso gabardina, este tejido tiene la capacidad de adaptarse tanto a los looks más clásicos como a los más actuales y, cuando se combina con una corbata, el resultado es un estilismo de aires punk preppy de lo más cool. Si se quiere arriesgar, se puede jugar con corbatas estampadas combinadas con chaquetas de cuero en colores menos convencionales, como el burdeos, el verde militar o incluso tonos metalizados para romper con la rigidez de los códigos clásicos y, dependiendo del tipo de calzado (unas botas altas, mocasines, zapatillas…), el mismo conjunto puede mutar de un look de noche a un uniforme diario casi sin esfuerzo. Todo ventajas.
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