El sol se posa en el mar y las olas se iluminan con reflejos anaranjados. Es el momento perfecto para meterse en el agua y aliviar el calor pegajoso del verano de Miami, el lugar donde automáticamente nos trasporta ‘A Tropical Entropy’, el álbum debut de Nick León, cuyo título surge del ensayo sobre dicha ciudad de Joan Didion.
Un inmenso paisaje meticulosamente dibujado se expande ante nosotros con las primeras notas de ‘Entropy’, una producción que comienza acuosa y atmosférica para acabar rindiéndose a ritmos metálicos reguetoneros con la voz de Xander Amahd. En esa misma línea y con esa misma voluntad de abrazar el enigma sin renunciar al más puro divertimento, se mueve el proyecto entero, que avanza sensual a lo largo de sus 11 pistas.
El productor de Miami entrega su propia visión de lo que es -y lo que puede llegar a ser- la música latina urbana. De forma similar a los primeros discos de Arca (‘Xen’, ‘Mutant’), León aplica sus originales sensibilidades melódicas a ritmos dembow para componer un trabajo que propone una continua estimulación sonora. Las composiciones viajan juguetonas a través de estructuras poco convencionales, como si no quisieran aferrarse a nada en concreto. De hecho, su música consiste precisamente en eso, en crear un espacio libre, intangible, para dejarse llevar.
Para ello, busca en sus producciones un constante equilibrio entre la experimentación y la accesibilidad. En ‘Ghost Orchid’, en colaboración con Ela Minus, pueden verse ambas intenciones de manera evidente. Por un lado, la canción comienza con unos sintetizadores aéreos antes de sumergirse en beats más oscuros que nos llevan directamente a la pista de baile. Esto es también perceptible en la fantástica ‘Millenium Freak’, un viaje de neo-perreo de la mano de Esty y mediopicky, que se guarda unos explosivos segundos finales.
El álbum, además, ofrece varios cortes más decididamente atmosféricos como ‘Metromover’ que se engancha a un pegadizo loop mientras el resto de los sonidos parecen evocar a la naturaleza; la muy sexy y bailable ‘Hexxxus’, que parece diseñada para una sudorosa noche en la discoteca; ese delicioso trance que propone la eléctrica ‘R.I.P. Current’; o la cortísima y saltarina ‘Broward Boyy’, que se cierra con el ruido de las olas del mar.
Nick León da la misma importancia a estos momentos que a los más accesibles. De hecho, uno de los mayores ganchos -esos irresistibles “baby, cuando estoy contigo, no me importa nada”- está en ‘Crush’, un corte de apenas un minuto y medio que desearías que durara toda la vida. También con alma pop, ‘Ocean Apart’ junto a Casey MQ, lleva al álbum, con enorme cohesión, a un terreno puramente R&B; mientras que ‘Product of Attraction’, cantada por Lavurn, nos acerca al dubstep.
Pero si hay una canción que resume todas las ambiciones estilísticas del proyecto, esa es ‘Bikini’, una colaboración con Erika de Casier. Desde sus primeras notas, te arrastra hacia un euro-trance pop pegajoso y húmedo. Todo en ella, desde la aceleración de beats en su estribillo hasta el brillante uso de sus sintetizadores futuristas, la convierte en un tema imprescindible para cualquier verano. León juega con todo tipo de ritmos, desde el funk carioca, al dembow o al balearic. Y le funciona todo, dando lugar a una obra maestra que sabe a piña colada y huele a sal marina.
En ‘A Tropical Entropy’, Nick León rinde homenaje a su ciudad y a la cultura latina, dando lugar a un álbum conciso y breve que se siente como un viaje sensorial. Sus sugerentes producciones nocturnas nos llevan a la playa, al club, a esos sitios donde fuimos (y somos) felices.