La primera escena con la que arranca Niki, el biopic de Niki de Saint Phalle, resume a la perfección cómo fueron los comienzos como modelo de quien después se convertiría en una de las grandes figuras de la escena artística del siglo XX. En una sesión de fotos que se puede adivinar que es para una de las grandes revistas de moda de hace poco menos de un siglo, los hombres que están al mando, fuera de plano, hablan sobre ella como si no estuviera presente, ninguneando sus capacidades y su apariencia. Podría parecer una escena inocua, pero refleja a la perfección el lugar que las mujeres ocupaban en la mayoría de los campos a comienzos del pasado siglo.
Ron Galella/Getty Images
Ahora, la historia de Niki de Saint Phalle se podrá ver en la gran pantalla gracias a la cineasta Céline Sallette, quien adapta en un guion la propia autobiografía de la artista. Será a partir del 22 de agosto cuando se pueda ver en salas Niki, ese es el título de esta propuesta. Una película que navega en la historia de una mujer que vivió en Estados Unidos, sufrió abusos sexuales cuando solo era una niña y tuvo que someterse a procesos psiquiátricos salvajes tras serle diagnosticada en los años 50 una esquizofrenia que por aquel entonces solo se trataba con electroshocks.
Tras un matrimonio con el poeta Harry Mathews, Niki de Saint Phalle conoció en los años 60 al escultor Jean Tinguely y juntos vivieron en el barrio de Montparnasse, la cuna del arte en el París de aquella década. Tras sus problemas de salud mental, Niki dejó atrás sus años como maniquí y se dedicó de lleno al arte, ocupando espacios dentro del círculo de los Nuevos Realistas en París. Por supuesto, su obra no fue comprendida de primeras y tuvo que esperar hasta sus últimos años para ver reconocido el talento que demostraba en obras que todavía se pueden ver a día de hoy en las grandes pinacotecas del mundo.
Aunque dejó la profesión de modelo en cuanto tuvo ocasión, Niki de Saint Phalle siempre estuvo vinculada al mundo de la moda. Fue una de las múltiples musas de Yves Saint Laurent, destacó por un estilo propio en el vestir y hasta comercializó un perfume bajo su nombre. En 1965 comenzó una profunda relación de amistad con Marc Bohan, entonces cabeza creativa de Dior. Lo influyó en su trabajo y el diseñador adquirió hasta cuatro nanas, el nombre con el que se conocía a las esculturas de gran formato más representativas de la artista. Tal fue la influencia de Saint Phalle en la casa francesa que hasta Maria Grazia Chiuri se inspiró en el estilo de la artista para la colección de verano de 2018 de la maison. Sin duda alguna, una de las figuras clave del arte del siglo XX cuya historia llega ahora a los cines.