El hábito para tener el pelo más hidratado y brillante que me ha recomendado una tricóloga
Tengo el pelo largo y con mechas desde los 17 años. Mantener sana una melena que sobrepasa la altura del pecho, precisamente cuando el cabello empieza a perder densidad por una cuestión de edad (tengo 42) es un tanto complicado. Precisamente por eso (y porque soy una ‘friki’ declarada del cuidado capilar que lo prueba T-O-D-O) creía conocer al dedillo todas las buenas praxis para tener el pelo hidratado y con brillo y evitar tener que recurrir tanto a las tijeras. Pero nunca se sabe absolutamente todo. Aunque uso acondicionador después de cada lavado, aceite o sérum en las puntas con el pelo húmedo y protector térmico antes de secar; recurro a tratamientos reparadores varios en el salón y practico con devoción baños de mascarilla para evitar la rotura y las puntas abiertas, olvidaba la importancia de hidratar el pelo entre lavados. Es decir, cuando está seco e igualmente expuesto a las agresiones medioambientales y a un sinfín de males diarios que afectan al cabello. “De la misma manera que usamos crema hidratante en la piel mañana y noche, deberíamos hacer lo mismo con el cabello e hidratar medios y punta a demanda a diario. No es suficiente con hacerlo solo al lavar el cabello”, me explicaba la tricóloga Han Na No Park durante la pop-up que Olistic ha organizado en Madrid con el lema ¿Conoces tu pelo?, inspirado en el enfoque integral de cuidado capilar que tiene la firma española. Y sí, la experta en cirugía capilar se refería a usar sérums y sprays hidratantes con el cabello seco varias veces al día si es necesario. “De esta manera se consigue proteger la cutícula del roce que tiene constantemente con la ropa, con las cadenas de bolsos y mochilas, con la almohada cuando dormimos… además de conseguir un efecto óptico de engrosamiento y relleno”.
La regla de los 2 cepillos
Para poder poner en práctica este hábito, la doctora recala también en otra recomendación para evitar que el uso de sérums hidratantes con el pelo seco pueda ensuciar el cabello. Se trata de tener siempre dos peines o cepillos y destinar uno solo a la aplicación del sérum en medios y puntas con el cabello en seco. De esta manera, si queda algo de resto de producto en el cepillo, no se ensuciará la raíz porque para la raíz y el cuero cabelludo tendremos otro cepillo diferente.
La importancia de proteger el cabello de la contaminación y de las agresiones externas
Este gesto practicado a diario, además de potenciar la hidratación y el brillo del cabello, ayuda a proteger el pelo de las agresiones externas, al formar esa especie de película protectora de la cutícula. De hecho, desde Olistic explican que las toxinas ambientales dañan las células alrededor de los folículos pilosos y pueden aumentar los radicales libres y acortar el crecimiento del cabello. Si a eso sumamos la contaminación del aire de las grandes ciudades y el hecho inevitable de que a partir de los 40 años el pelo empieza a envejecer –lo que implica disminución en los niveles de queratina y que las células que componen la cutícula externa protectora del cabello se vuelvan más frágiles– parece más que necesario hidratar el pelo a demanda.