Exceptuando ‘Segundo premio’, que ha ido peor de lo esperado teniendo en cuenta su elección para los Oscar, presencia en los premios y excelente recepción crítica (con la excepción de Boyero), el resto de películas con más nominaciones en los Goya han tenido un buen resultado en taquilla. Algunas excelente: ‘La infiltrada’, ‘El 47’, ‘Casa en llamas’ y ‘La habitación de al lado’, por ese orden, están entre las 10 españolas más vistas. Aunque, en el caso de la de Almodóvar, situada en el décimo puesto, se esperaba muchísimo más.
Sin embargo, hay otras que no ha visto casi nadie. Gracias a categorías como Mejor Dirección Novel o Actriz y Actor Revelación, casi todos los años se cuelan películas (‘Upon Entry’, ‘La vida era eso’, ‘My Mexican Bretzel’…) que han tenido poca repercusión en taquilla pero que merecen mucho la pena.
La estrella azul (Javier Macipe)
Ha sido el caso más llamativo. De la misma manera que pocos esperaban que el gran taquillazo del cine español de 2024, ‘La infiltrada’, estuviera nominada a Mejor Película por encima de ‘La habitación de al lado’ o ‘La virgen roja’ (esto de nominar casi todo, incluyendo dirección e intérpretes, y no la película no lo acabo de entender), el recorrido de ‘La estrella azul’ por la temporada de premios ha sido sorprendente: pleno de nominaciones en Forqué, Feroz y Goya. Y no es que sorprenda por su calidad, sino por ser una ópera prima bastante heterodoxa que parecía destinada a “joya oculta” del cine español. Por suerte, el boca-oreja ha funcionado bastante bien y ha hecho una taquilla discreta, pero mucho mejor que el resto de títulos de esta lista.
El debut de Javier Macipe era, de entrada, una propuesta enormemente sugerente: un biopic sobre un rockero de los 80 que casi nadie recuerda: Mauricio Aznar, líder de Más Birras. Una premisa a contracorriente que se traduce también en su narrativa poco convencional. El director esquiva los clichés del género biográfico musical dejando que la imagen documental y el metalenguaje rasguen la ficción como Atahualpa Yupanqui rasgaba su guitarra. Es en esos momentos cuando mejor funciona ‘La estrella azul’, cuando la vida se cuela por las rendijas de su algo rígido entramado narrativo. El Goya a la Mejor Dirección Novel está cantado. 7.
Salve María (Mar Coll)
Otro caso digno de estudio. La mejor película en los Feroz de este año ha sido prácticamente ignorada en los Goya. Esto no pasaba desde la primera edición de los premios, en 2014, cuando el debut en solitario de un desconocido Rodrigo Sorogoyen, ‘Stockholm’, ganaba el premio gordo (no se puede negar que los votantes tienen buen ojo). La extraordinaria ‘Salve María’ solo ha sido nominada a Mejor Actriz Revelación (Laura Weissmahr, favorita en la categoría) y Mejor Guion Adaptado (está basada en el libro ‘Las madres no’, de Katixa Agirre).
Esta sí que no la ha visto casi nadie: 8.792 espectadores. Mar Coll (‘Tres días con la familia’, ‘Matar al padre’) cambia su habitual registro naturalista adaptando la novela de Agirre en forma de thriller psicológico. ‘Salve María’ es una película de terror maternal: la perturbadora crónica de una depresión posparto convertida en obsesión y paranoia filicida. “Las madres no escriben, las madres están escritas” dice la cita de Susan Suleiman que aparece en el filme. Y eso ha hecho la directora: “escribir” sobre el tabú de la maternidad no deseada, el puerperio como angustiosa pesadilla existencial. 8’5.
Por donde pasa el silencio (Sandra Romero)
Si alguien se pregunta por qué Sorogoyen eligió a la desconocida Sandra Romero para dirigir tres episodios de ‘Los años nuevos’ (del segundo al cuarto) solo tiene que ver ‘Por donde pasa el silencio’. Su asombrosa habilidad para rodar largas secuencias con los personajes interactuando entre ellos de forma que todo parezca natural, más real que ficción, se puede ver plenamente en este, su primer largometraje. Romero tuvo un buen aprendizaje: fue ayudante de dirección de Luis López Carrasco en la fabulosa ‘El año del descubrimiento’.
‘Por donde pasa el silencio’ es un intenso drama familiar, del subgénero “vuelta a casa” (a Écija, el pueblo natal de la directora, hija de agricultores), protagonizado por tres hermanos, dos chicos y una chica, interpretados por tres hermanos en la vida real, uno de ellos actor, Antonio Araque (‘Notas sobre un verano’) y los otros dos no, y que además son amigos de la infancia de Romero. Este cruce entre realidad y ficción, entre drama intimista, indagación autobiográfica y retrato antropológico (está ambientada durante la Semana Santa), logra transmitir perfectamente lo que pretende: verdad. Una directora (revelación) a seguir muy de cerca. 8.
Polvo serán (Carlos Marques-Marcet)
Una de las ausencias más inexplicables de esta edición de los Goya es la de la estupenda banda sonora que Maria Arnal ha compuesto para ‘Polvo serán’ (ganadora en los Gaudí). Su música es un elemento clave para el funcionamiento dramático y poético del arriesgadísimo musical de amor y eutanasia que ha realizado Carlos Marques-Marcet (‘10.000 KM’, ‘Los días que vendrán’), con Ángela Molina y el chileno Alfredo Castro (nominado a Mejor actor) como protagonistas.
‘Polvo serán’, ganadora del Premio Arrebato en los Feroz (una categoría en la que siempre conviene fijarse para encontrar voces singulares del cine español), es la propuesta más audaz de todas las nominadas (de las españolas, claro). Una suerte de reverso tragicómico y sin sermones de ‘La habitación de al lado’, con coreografías de La Veronal a lo Busby Berkeley y cautivadora dirección de arte a cargo de Laia Ateca (habitual colaboradora de Rosalía y Carlos Vermut), que resulta tan desconcertante e irregular como magnética y seductora. 7,3.