La vela con olor a caramelo salado que me ha hecho reconciliarme con las fragancias dulces
Confieso ser mucho más fan de los perfumes para el hogar frescos, con olor a limpio y notas cítricas que de aquellos aromas azucarados e intensos. Sin embargo, hay momentos y épocas del año en los que algunas fragancias dulces consiguen crear un ambiente acogedor. El año pasado me regalaron el mikado de la línea viral de Zara Home, ginger bread, y, aunque conseguía insuflar el aroma a dulces navideños en toda la casa, seguía resultando excesivo para establecerlo como un aroma permanente. Hace pocos días vi la novedad de la firma para este otoño/invierno y decidí darle una segunda oportunidad a las fragancias dulces. Y, esta sí, me conquistó por completo.
Los productos que componen esta línea se presentan bajo el título de salted caramel y, sinceramente, pocas fragancias se ajustan tan bien al concepto que las enmarca. Nada más encender la vela, se desprende un aroma a caramelo donde se pueden apreciar las notas de vainilla y mantequilla de nuez que componen el aroma y que contrastan, de forma inesperada, con un toque salado.
Zara Home se inspiró en el aroma que emana de las lujosas panaderías de París, con el objetivo de alumbrar una fragancia que recrease la postal de un paseo navideño bajo la nieve, en esos días en los que el caramelo salado es el ingrediente predominante de los dulces para tomar al calor tras un día de frío invernal.
Como ocurre con casi todas las líneas olfativas, la firma ha sacado diferentes formatos, que van desde ambientadores en mikado hasta difusores en spray, aceites esenciales y jabones. Sin embargo, en este caso decidí decantarme por la vela aromática ya que, al ser una fragancia tan intensa y particular, te permite escoger el momento en el que quieres que disfrutar de su aroma (a diferencia de otros difusores como el mikado, que va desprendiendo el olor de forma progresiva).
Para sacarle el máximo partido, es importante hacer un primer encendido en el que se queme la capa superior de cera por completo, para que así tenga una combustión homogénea y no se formen túneles que desperdicien el producto. Por otro lado, conviene apagarla utilizando la propia tapa de cristal que incorpora el recipiente para evitar que el humo se impregne en la estancia.