Ordenar a la japonesa: el método tradicional que puede ayudarnos a empezar mejor 2025
Esta mañana, mientras me maquillaba, he entrado en crisis (de orden y limpieza) al no encontrar varias cosas de maquillaje que llevaba tiempo sin usar y quería recuperar. He rebuscado en varios neceseres y cajones –spoiler: el baño de una editora de belleza siempre suele atesorar cosas de más– y no he dado con nada de lo que buscaba. Y aún peor, al rebuscar sin orden ni concierto, he sido consciente en primera persona de la llamada ‘teoría de las ventanas rotas’, esa que afirma que si un edificio tiene una ventana rota y no se repara es probable que los vándalos tiendan a romper más. Y eso, trasladado a la vida doméstica, significa que si no se mantiene el orden poco a poco y se van atajando los problemas de organización cuando son pequeños, se termina haciendo bola y se nos va de las manos. Y lo que se podía arreglar en dos minutos, por desidia y acumulación de errores, termina provocando mucho estrés a diario y que sea necesario un día entero de limpieza.
Por eso resulta interesante hablar (y en mi caso poner en práctica) el Oosouji, un método japonés de limpieza que se realiza cuando el año está a punto de acabar y que es parecido al spring cleaning tan habitual en Estados Unidos. Pero con ciertas peculiaridades que van más allá de la pura necesidad de poner orden físico. El hacer ‘una gran limpieza’ cuando acaba el año significa hacer un corto y cambio, el separar un año del otro para empezar desde cero e interpretar ese orden material como una oportunidad para nuevos comienzos y realización de propósitos.
Los beneficios psicológicos de empezar el año con orden físico (y mental)
El Oosouji es algo parecido a llevar a la práctica el refrán popular de ‘año nuevo, vida nueva’. O incluso el viral ‘New Year, New Me’. Si bien en Japón el Oosouji se lleva a cabo de forma tradicional a finales de año, se puede hacer en cualquier momento en el que se necesite empezar de nuevo ciertas cosas. Estos cambios de estación o de año, explica la psicóloga Pilar Guerra, “nos inspiran a hacer cambios positivos en nuestras vidas. Su llegada representa un nuevo comienzo y nos motiva a deshacernos de lo viejo y a renovar nuestro entorno. Nos permite liberar espacio físico y mental para nuevas experiencias y oportunidades”. Y aunque los contrarios al orden pueden no ver la relación entre orden físico y mental, la realidad es que, tal y como nos explicó la también psicóloga Laura Palomares cuando hablamos de spring cleaning, “desprenderse de lo que no nos sirve, el no acumular y la propia conducta de ordenar genera sensaciones positivas de autocontrol, de disciplina y de un rendimiento funcional. El hecho de que el espacio esté más diáfano y con menos estímulos provoca calma y concentración. Soltar y desprendernos de lo que no necesitamos acaba siendo liberador y genera sensación de control y orden mental”.
Y todos esto puede ayudarnos a separar un año de otro, a reforzar la idea de nuevos comienzos y nuevos propósitos, rodeados de un espacio que incite a cumplirnos. No olvidemos, tal y como explica en su libro Hábitos atómicos James Clear, es importante para facilitar el cumplimiento de nuevos hábitos hacerlo bonito y fácil, y eso implica también ambientes ordenados que faciliten las tareas. Para los japoneses es ‘la meditación del rito de la limpieza’ y la conciben como una oportunidad de mirarse a uno mismo “No se trata de limpiar solo ambientes sino también tu mundo interno ya que nuestra relación con el exterior refleja nuestro interior”, explica el monje budista Shoukei Matsumoto, autor del libro A Monk’s Guide To A Clean House And Mind. “Es una forma de despejar la mente de toda la suciedad que se ha acumulado a lo largo del año”, añade.
Es importante focalizarse en el carácter psicológico que tiene esta limpieza que los japoneses, lo conciben como un ritual de limpieza interior y una oportunidad para calmar mente. De hecho, Matsumoto, habla de la importancia de convertir ese momento de orden y limpieza en una oportunidad para relajarse, y casi a modo de meditación, escuchar música instrumental mientras se hace. “Probablemente tenga que ver con la noción que existe en Japón de que limpiar no trata sólo de eliminar la suciedad. También está vinculado al ‘cultivo de la mente’. De hecho, en Japón la limpieza está muy presente en las escuelas, donde los niños se implican en esas tareas desde pequeños.
Cómo practicar Oosouji
Es interesante reparar en los características de este método, ya que tiene ciertas peculiaridades en su práctica y, sobre todo, un marcado carácter emocional y enérgico, que vincula la limpieza física com la emocional: