Otra propuesta interesante es la mesoterapia lipolítica, recomendada para reducir papada y conseguir que la piel se “pegue” de nuevo a la mandíbula. Tres sesiones, una cada quince días. Precio: 350 €/sesión o 1000 € el bono de tres.
Ultralift: el combo más potente
Muchas clientas optan por el Ultralift, un protocolo que combina una sesión de Thermage + dos de Ultraformer. “Es súper potente y tiene un precio espectacular: 2750 €”, dice Natalia de la Vega. El protocolo es completamente personalizado: en algunos casos se empieza por Thermage, en otros por Ultraformer, según el tipo de piel y de flacidez.
¿Y los cosméticos? “Un buen cosmético no va a reafirmarte como un aparato, jamás. Pero sí ayuda a mantener y potenciar los efectos del tratamiento”, advierte. Su imprescindible: suplementación con colágeno durante los tres o cuatro meses siguientes.
Diagnóstico personalizado: la visión de Mira+Cueto
La Dra. Mar Mira, de la clínica Mira+Cueto, define el óvalo facial como “la zona que compone pómulos, mentón y línea mandibular”. Cuando esta estructura se debilita por pérdida de colágeno y envejecimiento en los planos profundos, aparece la flacidez. ¿Cómo prevenirlo? Su receta es clara:
- Fotoprotección solar diaria (y oral en meses de alta exposición).
- Cosmética con antioxidantes por la mañana.
- Retinol con pauta progresiva por la noche.
En consulta trabajan con técnicas avanzadas que estimulan colágeno: hidroxiapatita cálcica, ácido poliláctico, híbridos con ácido hialurónico, radiofrecuencia, ultrasonidos, láser Electra, láser fraccionado Pixel y Ultherapy. Lo más importante, insiste la doctora, es que cada tratamiento se adapte a cada persona: “No hay una solución mágica. Hay diagnóstico, precisión y acompañamiento.”
Entonces, aunque sean zonas olvidadas, ¿pueden tratarse con efectividad?
Sí, el óvalo facial y el cuello pueden tratarse. Sí, existen soluciones eficaces, seguras y con resultados progresivos. Y no, no hace falta operarse, ni pasar dolor, ni hacerlo con prisas. Lo importante, dicen todas las expertas, es no esperar a que sea tarde, apostar por la prevención, acudir a centros especializados y seguir cuidando esta zona en casa con la misma devoción que le damos al rostro. Porque en 2025, la belleza no solo se mira de frente. También se sostiene desde abajo.