Pamela Anderson, menos es más en su visita al Festival de San Sebastián 2024.
Ahora que el verano ya ha terminado oficialmente, toca enfrentarse al cambio de armario con la consiguiente llegada de faldas a juego con medias y zapatos, pantalones largos e infinitas capas. Y todo se hace más difícil. Eso resulta innegable. La parte buena del asunto es que esta estación, como también ocurre con el invierno, nos permite jugar con la moda a un nivel más ambicioso, pero también convierte el juego en algo más difícil. Adiós al gesto de agarrar un vestido y calzarse unas chanclas; ahora, la cosa se complica cuando abrimos el armario cada mañana. Quienes tengan vestidor lo tienen más fácil porque pueden de un vistazo elaborar un estilismo aceptable, pero hablamos de un privilegio del que no disfruta la mayoría de la población.
La tarea se hace aún más difícil cuando hay que vestirse de manera presentable. Ya no digamos si te esperan una veintena de fotógrafos, como le ha pasado a Pamela Anderson hace unas horas en el Festival de San Sebastián 2024. La actriz y activista canadiense se trasladó a Donosti para presentar su nueva película, The Last Showgirl, a las órdenes de Gia Coppola. La cinta, que ya ha cosechado muy buenas críticas, está protagonizada por una bailarina de striptease que se encuentra sin esperarlo con un cambio de rumbo en su carrera (y en su vida). Estamos ante un nuevo registro en el que la actriz se siente muy cómoda y que está en consonancia con su cambio de imagen, más sobrio que nunca.
Hace un año, Anderson prometió que no volvería a maquillarse y sigue sin hacerlo. Además, se siente muy cómoda últimamente apostándolo todo a los básicos. En esta ocasión, ha subido la apuesta y ha optado por un look compuesto por un pantalón sastre y un jersey de cuello redondo; ambos de color negro. En los pies, unos tacones kitten de rejilla firmados por Cos, aún disponibles en la web.
Jesus Briones