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Los beneficios del patinaje se extienden también al equilibrio, la coordinación y la agilidad. «El patinaje en línea se basa en el equilibrio dinámico», aclara la patinadora. «Desde las habilidades básicas hasta las más avanzadas –patinar hacia atrás, hacer giros cruzados, jugar al hockey e incluso hacer yoga–, permite mejorar la coordinación y la agilidad con un impacto mínimo en las articulaciones«, concluye Zanetti.
Patinaje para principiantes: ¿cómo elegir los patines?
Patines en línea
Los patines en línea ofrecen una mayor estabilidad hacia delante y hacia atrás gracias a la distancia entre las ruedas delanteras y traseras. Al mismo tiempo, sin embargo, las ruedas son más estrechas y, por lo tanto, hay que tener más cuidado de mantener los tobillos rectos.
Esta configuración permite una mayor velocidad y maniobrabilidad, lo que los hace ideales para el patinaje recreativo, así como para deportes más competitivos en los que la velocidad cuenta.
Para quienes prefieran patinar en la ciudad, lo mejor son los patines en línea urbanos, que están diseñados para saltar y esquivar mientras se circula entre el tráfico. En este caso, es importante tener en cuenta la dureza de la bota y elegir una montura duradera, que permita una mayor libertad de movimientos.
Patines quad
Los patines ‘quad’ son la combinación perfecta de estética vintage y estabilidad lateral. Gracias a sus cuatro ruedas en posición clásica, es más fácil aprender a patinar con ellos, pero tienen una zancada más corta, por lo que hay que aprender a equilibrar bien el peso para evitar caerse hacia atrás.
Quienes quieran lanzarse a la rampa e incluso probar algunos trucos, pueden optar por patines quad de un estilo más agresivo, con botín alto para proteger los tobillos y ruedas pequeñas y duras, que brindan un mayor control.
Por último, los patines también pueden ser artísticos. En este caso, además de una caña más alta para proteger el tobillo, se necesitan ruedas medianas para permitir combinar baile y velocidad y dar soporte a los saltos y giros.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com