Perder grasa corporal y añadir mantequilla al café… ¿En una misma frase?
Mi rutina matinal es simple, y consta de los siguientes pasos: posponer cinco minutos más el despertador, darme una ducha rápida, cumplir con mi rutina de skincare y, ya vestida y lista para empezar mi día, escuchar alguno de mis podcast de cabecera mientras disfruto de un buen café. Este último, sobra decirlo, es mi paso favorito. Pues bien, fue en una de esas mañanas que poco o nada se diferencian entre sí cuando, escuchando un capítulo de Tengo un Plan – Podcast, una de sus invitadas llamó poderosamente mi atención. “Por las mañanas, me hago un café americano con mantequilla, canela y un poco de sal”, revelaba en él Isabel Belaustegui, médico integrativa, nutricionista y autora de publicaciones como Optimiza tu Metabolismo o La Magia del Ayuno. Como apasionada de la belleza y el bienestar de nacimiento ya conocía a la autora de esas palabras, pero nunca antes había escuchado esa curiosa recomendación. Y mucho menos con un café con leche semidesnatada y bien de azúcar en mano.
“Cuando juntas el café con una grasa pura, lo que haces es dar un empujón al metabolismo y a la salud mitocondrial. ¿Por qué? Porque fomentas la autofagia de las mitocondrias, la mitofagia, que es como una puesta a punto. Entonces, estoy tomando una bebida por la mañana que me da mucho gusto, que satisface esa otra parte emocional ligada al vínculo con nuestras tradiciones, que me da energía, pero que no me saca del estado interno de ayunas y puedo prolongar el ayuno intermitente hasta mi almuerzo bien entrada la mañana”, continuaba la experta. Wow. Básicamente, Belaustegui estaba hablando de algo así como un café con superpoderes, y para los amantes de este brebaje (entre los que me incluyo) esto podría ser música para los oídos.
“Una mantequilla ecológica e idealmente de animales que han sido alimentados con pasto, no con piensos, es un alimento rico en Omega 3. Son grasas puras, no hay azúcares, y encima son grasas muy saludables. Para una taza grande de café pongo el equivalente a una cucharada sopera de mantequilla, una pizquita de sal y otro poquito de canela o nuez moscada. Así, la sal aporta los minerales que necesitamos para encender el metabolismo, y la canela actúa como un activador también de la autofagia. Juntos impulsan la quema de grasa de reserva, la obtención de energía y, sobre todo, cuidan la salud de las mitocondrias. Además es muy rico, aporta una sedosidad que puede recordar al café con leche pero más suave”, proseguía la doctora y experta en alimentación. Había captado toda mi atención.
El truco para no romper el ayuno intermitente
Hasta aquí todo tenía sentido, pero en mi cabeza seguía descuadrando la idea de que con esta bebida no estaríamos faltando al ayuno intermitente, una práctica que cada vez acumula más adeptos en sus filas. La experta tardaba pocos segundos en aclarar mi duda. “Rompe el ayuno literalmente porque estamos incluyendo un alimento y un aporte de calorías, pero a nivel metabólico cuando no añades ni leche, ni bebidas vegetales, ni azúcar o edulcorantes —es decir, cuando es solo café y grasa pura—, tu organismo va a funcionar por la vía de la grasa utilizando cuerpos cetónicos, que son el combustible que se emplea cuando estamos en ayunas. Por tanto, no va a salir de ese estado», recalcaba en el mencionado podcast. «También añado a veces aceite de coco, el MCT, que no cambia el sabor al café pero da un plus de energía sobre todo a nivel cerebral porque es combustible directo para nuestras neuronas. Es un hábito sencillo que podemos integrar fácilmente a nuestro día a día para mejorar nuestra salud”.
La nutricionista y autora de Qué nos mueve a comer así, Laura Parada, lo corrobora: «Agregar aceite MCT de coco —compuesto de triglicéridos de cadena media que el cuerpo absorbe rápidamente y utiliza para obtener energía inmediata— al café negro aumentaría la cantidad de cetonas. A medida que el nivel de cetonas aumenta también se activa la CCK, esto es, una hormona que se relaciona con la saciedad pudiendo disminuir la sensación de hambre. Además, las cetonas son combustible para el cerebro, lo que en última instancia mejoraría la claridad mental, aportando más energía y reduciendo los niveles de glucosa en sangre, perder grasa corporal, mejorar la actividad antimicrobiana e, incluso, un menor riesgo de ciertas enfermedades metabólicas». A partir de ahora, mis mañanas serán un poco (o mucho) más llevaderas. Y mi café, por descontado, más saludable.