Los perfumes sólidos que ya son piezas de coleccionista
El fenómeno de la perfumería crece por momentos. Atrás quedaron los días en los que se escogía un aroma para siempre, como una segunda piel o una firma olfativa con la que diferenciarse del resto. Aquella visión individualista ha acabado derivando en una era en la que las fragancias se coleccionan, se exhiben y crean en su conjunto un universo estético personal. Las redes sociales, cómo no, han sido esenciales en este fenómeno.
De Instagram y TikTok han surgido cientos de creadores especializados en este terreno, al igual que muchas imágenes de inspiración en las que cada frasco se coloca en el tocador como si de un museo se tratara. La estética se impone, sí, pero no es algo nuevo: lo visual siempre ha sido parte del ritual del perfume. Porque, seamos sinceras, ¿quién no ha ido directa alguna vez a probar una fragancia solo por su envase? Y en este deseo estético, mezclado con una necesidad actual de practicidad, emerge una tendencia que ha embaucado a las más jóvenes. Una que cabe en el bolso y en la maleta de mano, que acompaña a todas partes y que, además, ayuda a mantenerse perfumadas durante todo el día.
Hablamos de los perfumes sólidos de Diptyque, una propuesta que la célebre casa francesa lanzó a raíz del éxito de sus perfumes tradicionales y que ahora se han convertido en accesorios coleccionables. Aromas distintivos, que no conoce todo el mundo y que se distinguen además por sus preciosas cajitas: una especie de cápsulas negras, aderezadas con ilustraciones vintage y con cierre magnético para proteger su contenido.
El perfume, en forma de bálsamo, está diseñado para aplicarse en los principales puntos de pulso del cuerpo (muñecas, detrás de las orejas, corvas de las rodillas…) y ofrece varias ventajas extra: es recargable, cabe en la palma de la mano y prescinde del clásico frasco de cristal, lo que lo hace ideal para llevarlo siempre encima. Yo los descubrí hace no mucho. Quizá los había visto antes, pero fue cuando comenzaron a llenar mi tablero de Pinterest que empecé a prestarles atención. Reconozco que su diseño fue lo primero que me atrapó. Su cajita me pareció una auténtica joya. Pero si el formato es cautivador, el contenido no se queda atrás en absoluto. De hecho, ya el año pasado la editora de Vogue Laura Solla habló largo y tendido sobre el perfume Philosykos de la marca, al que describió como su nuevo favorito, con notas de higuera y pimienta negra. A su lado, Do Son y su bouquet de nardos; L’Eau Papier con sus almizcles blancos y mimosa; y Orphéon con su enebro, cedro y jazmín forman parte de las principales propuestas sólidas de la marca.
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