Empezar a trabajar en el mundo de la moda con 53 años, justo después de que una de sus hijas y su pareja le hicieran una fotos que terminaron llegando a un agencia de modelos (y después de recuperarse tras enfermar de dengue hemorrágico en Las Bahamas) parece un buen comienzo de una historia de ficción. Pero es real como la vida misma. Es la historia de Pino Montesdeoca, habitual de nuestras páginas, quien acaba de escribir y presentar su primer libro, La edad es un número. La actitud es todo (La esfera de los libros).
Hemos hablado en muchas ocasiones con ella –de moda, de belleza, de proyectos– pero en esta ocasión nuestra conversación es más especial porque aborda el tema de la edad y del paso del tiempo desde un prisma muy personal. Montesdeoca prefiere no caer en tópicos sobre el envejecimiento. Ella habla de convivir con nuestros cambios (y no taparlos) y por eso su filosofía de belleza, bienestar y autocuidado tiene todo el sentido en un mundo paradójico en el que, si bien hemos intentado despojarnos de cánones y reglas estéticas, asistimos a una democratización de la medicina estética convertida en moneda con dos caras.
Constantino Quero Simons. Maquillaje: Victor Maresco. Estilismo: Kristina Amariutei
Sobre medicina estética y arrugas
“Claramente la lucha por mantenerse joven sigue muy presente, obsesiva en algunas ocasiones. El boom de la medicina estética es el éxito de la inmediatez, consigues un resultado visible en poco tiempo. Pero solo es un parche, no te mantiene joven, solo puede que lo parezcas”, responde Pino cuando le preguntamos por ello. “No es que ame mis arrugas, si no salieran estaría muy contenta. Lo que sí amo es mi cara con las arrugas que tengo, porque sigo reconociéndome. Si las arrugas cambiaran mis expresiones, si al sonreír no expresaran alegría, si pareciera triste… quizá recurriría a la medicina estética. Pero tengo bastante clara mi opinión al respecto: es una herramienta que nos da aún más libertad para decidir qué queremos. Está claro que hay personas que están enganchadas y otras que recurren a ella de forma consciente. Yo solo pido que se respete la opción que yo elegí”, reflexiona.