Polymarket: Shayne Coplan, el primer gran multimillonario de la generación Z | Opinión

Shayne Coplan (Nueva York, 27 años) tiene prisa. El año pasado llegó a una cena en Manhattan, vestido con vaqueros y chaqueta de cuero, que organizaba una empresa de capital de riesgo para hacer networking. Había sido invitado como uno de los emprendedores más prometedores del momento, pero tras una breve charla, se levantó mientras traían el plato principal y se fue a un concierto en Brooklyn. Con estos ritmos, Coplan se ha convertido en el milmillonario hecho a sí mismo más joven del mundo.

Ha hecho su fortuna gracias a Polymarket, una plataforma fundada en 2020 que permite apostar sobre si ciertos eventos reales van a ocurrir. Las apuestas son muy variadas: desde las elecciones de Brasil al divorcio de Obama. Funciona con tecnología blockchain y muestra en tiempo real lo que el mercado cree que pasará. De hecho, Coplan sostiene que Polymarket ofrece una visión más objetiva que los medios de comunicación tradicionales, ya que sus predicciones son el resultado de la suma de miles de opiniones individuales y no dependen de sesgos ideológicos ni de agendas políticas.

Tras una inversión de 2.000 millones de dólares por parte de Intercontinental Exchange (dueña de la Bolsa de Nueva York), la empresa está valorada en unos 8.000 millones de dólares. Antes de la ICE, Polymarket ya había atraído a inversores de alto perfil del mundo tecnológico y político, como el fondo Founders Fund de Peter Thiel. Donald Trump Jr., se ha convertido en asesor de la empresa a través del fondo 1789 Capital, vinculado a iniciativas tecnológicas de corte conservador. Curiosamente, también asesora a Kalshi, una empresa rival. Polymarket no es la única ni la primera plataforma de mercados de predicción, pero ha conseguido ser la más atractiva para la Generación Z.

Coplan, que siempre luce una reconocible melena rizada, y por su aspecto podría ser un familiar de los creadores de Nude Project, creció en el Upper West Side de Manhattan, un barrio de clase media-alta en Nueva York. Desde joven mostró una gran curiosidad por la tecnología y los mercados, y se interesó por las criptomonedas: con solo 15 años participó en la ICO de Ethereum en 2014, lo que significa que ya estaba metido en el mundo blockchain cuando la mayoría de la gente aún no sabía qué era.

Aunque no hay muchos detalles públicos sobre su familia o sus padres, Coplan ha contado que durante su adolescencia era inquieto, autodidacta e interesado en las ideas libertarias. Estudió informática en NYU, pero dejó la Universidad antes de graduarse, convencido de poder construir algo grande fuera del camino tradicional. Su primer proyecto fue TokenUnion, una plataforma que recompensaba a los usuarios por mantener ciertos tokens en su cartera, una especie de programa de fidelización cripto.

Durante la pandemia, en 2020, Coplan estaba confinado en su apartamento de Nueva York, sin oficina ni espacio para trabajar. La única habitación donde podía tener algo de privacidad era el baño, que convirtió en una oficina. Fue allí donde se le ocurrió la idea de Polymarket. Se inspiró en las teorías del economista Robin Hanson, que lleva décadas estudiando los llamados mercados de predicción. También en el economista Friedrich Hayek, quien defendía que la información se distribuye de forma más eficiente en sistemas descentralizados, como un mercado, que mediante decisiones centralizadas. Una especie de sabiduría colectiva.

Durante 2021 y 2022, Polymarket creció al margen de las normas tradicionales, siguiendo la premisa de actuar primero y pedir perdón después. La estrategia funcionó hasta que, en 2022, la Comisión de Comercio de Futuros de Estados Unidos impuso a la empresa una multa de 1,4 millones de dólares por operar sin licencia y la obligó a bloquear el acceso a los usuarios estadounidenses. Fue un golpe importante para el proyecto, que perdía así uno de sus principales mercados. Coplan, no obstante, aceptó el acuerdo y logró mantener viva la plataforma fuera del alcance directo de los reguladores.

En lugar de estancarse, Polymarket se consolidó a nivel internacional. Amplió la variedad de eventos sobre los que se podía apostar, mejoró la experiencia de usuario e incorporó métodos de pago más accesibles, como tarjetas de crédito vinculadas a criptomonedas estables. Ya no era necesario ser un experto en blockchain para participar. En 2023, la empresa había recaudado más de 70 millones de dólares en nuevas rondas de financiación, con el respaldo de nombres de peso del mundo cripto y tecnológico.

El verdadero punto de inflexión, al menos en cuanto a reconocimiento público, llegó en 2024. Polymarket predijo con gran precisión la victoria electoral del presidente Donald Trump. Así lo celebró el fundador: “Polymarket por sí solo adelantó el resultado electoral antes que nadie. La máquina global de la verdad está aquí, impulsada por la gente”.

El éxito, sin embargo, trajo consecuencias. Apenas una semana después de las elecciones, el apartamento de Coplan fue allanado por el FBI, acusado de seguir permitiendo a usuarios estadounidenses participar pese a la prohibición vigente. La empresa denunció públicamente lo ocurrido como una “represalia política” por parte del gobierno saliente de Biden, molesto, según Coplan, por el impacto mediático que había tenido Polymarket durante la campaña.

Con el regreso de Trump a la Casa Blanca, el clima regulatorio en EE UU cambió por completo. Las investigaciones contra Polymarket se archivaron, y el nuevo entorno político se mostró mucho más abierto a la innovación financiera.

Aprovechando esa ventana, Polymarket adquirió una empresa con licencia de la CFTC, llamada QCEX, por 112 millones de dólares, lo que le permitió volver a operar legalmente en EE UU después de tres años de restricciones. Finalmente llegó el gran golpe de la inversión del ICE.

Coplan, que asegura aspirar a ser el próximo Zuckerberg, encarna quizá al primer gran multimillonario de la Generación Z. Tiene la rara habilidad de sintonizar con el clima político y emocional de su generación y de aprovechar a su favor la impaciencia que la caracteriza. La gran incógnita es si, ahora que ha alcanzado la cima, sabrá moderar los impulsos propios de su edad.

Coleccionista de arte

Intereses eclécticos. Además de su faceta tecnológica, Coplan cultiva una pasión por el arte. En su perfil de X, además de presumir de haber confiado en la cripto Ethereum desde 2014, afirma que le encanta la música y coleccionar obras. Cuando el FBI entró a registrar su apartamento, encontró un espacio decorado con “eclécticas piezas”. 

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Dom Oct 26 , 2025
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