De pelo dañado a melena de peluquería
De las malas experiencias en las peluquerías nadie se libra y todos tenemos historias de terror que contar a la luz de unas tijeras que cortaron de más o un tinte mal puesto. Esa era yo con unas mechas a lo Christina Aguilera en pleno año 2000 sin quererlo. Tan solo iba a taparme las canas y aquello fue un fracaso, me pareció bien aceptar unos reflejos sutiles, pero el resultado no fue el esperado.
¿Conclusión? Un pelo que estaba virgen horas antes que pasaba a sentirse áspero, quemado y con las puntas verdaderamente secas. Justo el día que había decidido regalarme una mañana de peluquería en mi cumpleaños, estrené fenomenal los treinta y cinco, nótese la ironía. Partíamos de una mala base, pero siguiendo consejos muy sencillos que jamás había practicado a rajatabla, puedo decir que he recuperado mi pelo en seis meses. Aunque he de seguir siendo constante si pretendo conservar los resultados en el tiempo. Y sí: esa es mi intención.
Como ya sabemos, no hay milagros que puedan regenerar el cabello porque es tejido muerto. Pero sí podemos simular el efecto de un pelo sano y proteger las fibras todo lo posible para que no se rompan más, hasta que se renueve todo por el crecimiento normal.
En casa: un ritual sagrado
Opté por seguir un lavado regular, cada dos días y con cuatro productos que me han mantenido un cuero cabelludo tan sano que, gracias a ellos, ahora el crecimiento de pelo nuevo es mucho más fuerte. También ha sido importante proteger la cutícula con los productos adecuados para mantener en tratamiento de peluquería y que el daño no vaya a más.
#1. Exfoliante
Cada quince días he estado eliminando religiosamente todas esas células muertas que ocluían el nacimiento de los cabellos nuevos. ¿Cuál he elegido para llevar a cabo la misión? “Scalp Booster Scrub” de Philip B. Tiene “una mezcla de sal marina de aguacate, menta, eucalipto, hamamelis, flor de árnica y aloe hace que el cuero cabelludo se sienta limpio y fresco. La sal marina exfolia suavemente el cuero cabelludo mientras que los aceites de aguacate, menta y eucalipto crean una sensación de hormigueo y frescor. El extracto de flor de árnica, el agua de hamamelis y el zumo de hoja de aloe acondicionan para un aspecto y tacto más brillante y manejable”, comentan desde Isoleé. La frescura y la ligereza que deja este exfoliante es de otro mundo, lo compraría mil veces más.
#2. Tónico
Una vez a la semana he calmado y nutrido mi cuero cabelludo con “Astera”, de René Furterer. Debido al estrés, tengo el cuero cabelludo algo alterado y en ocasiones me pica. Tras un diagnóstico dermatológico y saber que el origen de esa afección es este, he optado por calmar con este tónico bifásico que se deja actuar unos minutos antes del lavado. “Este cuidado pre champú con un 99% de origen natural aprovecha los beneficios de los aceites esenciales de menta y eucalipto BIO para calmar al instante el cuero cabelludo. Equilibra y purifica el cuero cabelludo expuesto a las agresiones diarias y elimina la caspa existente”, apuntan desde la marca. Realmente quita esa descamación provocada por el ritmo acelerado de la vida y deja un confort que dura mínimo hasta el siguiente lavado.
#3. Mascarilla
Y aquí viene la joya de la corona, sin menospreciar al resto. Pero es que “Cedar Mask” de The Lab Room es la mejor mascarilla que he probado jamás. Deja un olor a bosque en el pelo durante días y una suavidad extrema, que merece la pena invertir cada uno. Contiene coco: muy nutriente y excelente acondicionador, aceite de jojoba que aporta antioxidantes, también aguacate y luego un complejo de aceites: cedro, romero, ciprés y pino que regulan y estimulan el crecimiento del pelo, así como extractos botánicos de salvia, ortiga y cola de caballo para nutrir y revitalizar.
#4. Sérum de acabado
Aquí he optado por un producto que aporte suavidad, pese a usar la mascarilla, mi pelo está muy dañado y necesito devolverle ese aspecto de pelo sano, aunque no sea en realidad así. También proteger la cutícula y evitar que el daño vaya a más. Para este fin he dado con la clave: “Nutri-plex Largo Infinito” de Pantene. Me encanta el olor y lo suave y manejable que deja el cabello con poquito producto.
Además, tiene un precio muy económico y llevo seis meses con el mismo bote. Contiene niacinamida y vitamina E.
En la peluquería: una cita inamovible cada 20 días
Cortar una vez al mes
Quizás aquí hay que mencionar algo importante: siempre he ido lo justo a la peluquería, llegando a acudir máximo dos veces al año. Eso de cortarse las puntas cada tres meses –y es curioso porque todas las periodistas de belleza sabemos que es importante– no ha ido conmigo porque siempre quiero tener el pelo largo. Resultado: puntas débiles siempre.