Cuando hablamos de thrillers que marcaron los años ochenta, siempre aparece en la conversación una película que retrata la obsesión disfrazada de un amor incondicional, específicamente nombrando una cinta de Adrian Lyne que no solo se convirtió en un fenómeno cultural por la tensión de su historia y el magnetismo de sus protagonistas, sino también porque el público terminó influyendo directamente en su desenlace.
La película ‘Atracción fatal‘ se convirtió en un fenómeno cultural, pero su final original generó controversia. La historia de Alex Forrest, interpretada por Glenn Close, una mujer que desarrolla una obsesión peligrosa tras una aventura con Dan Gallagher (Michael Douglas), culminaba en un desenlace trágico pero sutil: Alex se suicidaba escuchando la ópera Madame Butterfly, intentando implicar a Dan en su muerte. Sin embargo, las reacciones del público durante las proyecciones de prueba llevaron a los productores a cambiar este final por uno más dramático y violento.
Durante las pruebas, el público mostró una fuerte aversión hacia Alex, deseando que enfrentara consecuencias más severas por sus acciones. Este rechazo llevó a los ejecutivos de Paramount a solicitar un nuevo final. El director Adrian Lyne inicialmente se mostró reacio al cambio, pero aceptó tras recibir una oferta económica adicional de $1.5 millones.
Glenn Close, quien había invertido tiempo en comprender y representar la complejidad de su personaje, se opuso firmemente al nuevo final, considerando que convertía a Alex en un estereotipo de villana psicópata. A pesar de sus reservas, Close accedió a filmar la nueva escena tras la intervención de su compañero de reparto Michael Douglas y el actor William Hurt.
«No es lo que mi personaje era»
Al final, el desenlace de la película muestra a Alex enfrentándose a Beth, la esposa de Dan, quien la mata en defensa propia. Este desenlace fue concebido para proporcionar al público una sensación de justicia y cierre que buscaba desde el principio: «En el final original ella se corta el cuello como Madame Butterfly, se grabó, pero cuando lo mostraron a la audiencia, sintieron que necesitaran algo más, y me dijeron que cambiara el final, pero al principio me negué porque no es lo que mi personaje era».
Aunque la película fue un éxito de taquilla y recibió varias nominaciones al Oscar, Glenn Close expresó su descontento con la forma en que se retrató a su personaje, argumentando que se le dio un tratamiento superficial y sensacionalista.
Con el tiempo, el final original fue incluido en ediciones especiales de la película, permitiendo a los espectadores apreciar la visión inicial del director y como un manifiesto de cómo las reacciones del público pueden influir en las decisiones creativas en el cine, a veces en contra de la idea artística original de la obra.
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