Recuerda que en una sociedad en la que las vidas laborales se están extendiendo, es esencial garantizar que existan oportunidades reales para que las personas puedan seguir trabajando, de lo contrario, estaremos condenando a muchas personas a largos años de desempleo involuntario, y desaprovechando talento que podría beneficiar tanto a las empresas como a la economía en general. Por otro lado, reconoce que es crucial que evitemos autolimitarnos. “El edadismo es tan insidioso que, con el tiempo, podemos terminar aplicándolo a nosotros mismos. Esto significa que interiorizamos los estereotipos a los que hemos estado expuestos o incluso aquellos que alguna vez creímos y dirigimos hacia otras personas”.
Debemos tener presente que a la hora de aplicar para un puesto de trabajo, la edad no define ni las competencias, ni la motivación que tenemos, por lo que puede resultar interesante omitir este dato a la hora de elaborar un currículum, algo con lo que coincide Verónica Arteaga, directora People & Talent en Softtek EMEA. “Esto refleja un cambio cultural hacia la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo. Al hacerlo, se busca reducir los sesgos inconscientes y fomentar una evaluación basada únicamente en las competencias, la experiencia y el potencial de cada candidato”.
Para de la Fuente-Núñez, incluir nuestra edad en el currículum puede ser incluso perjudicial, ya que es un dato que puede ser usado en nuestra contra, algo que sucede a menudo en los procesos de selección, tanto si somos jóvenes como mayores. “También es útil omitir otros elementos que pueden revelar nuestra edad de manera indirecta, como las fechas de inicio de los estudios o la fecha de graduación. Asimismo, es recomendable centrarlo en la experiencia reciente y más relevante. Este enfoque permite mostrar habilidades y logros actuales, sin destacar la antigüedad laboral”, y recomienda actualizar el diseño del currículum para evitar que elementos visuales sugieran una edad específica.
Haz de tu edad tu mayor fortaleza
Si tienes una entrevista de trabajo, es esencial prepararse a fondo para venderse de la mejor manera posible en función de las habilidades y experiencia, sin importar la edad. Arteaga aconseja investigar la empresa en profundidad, conocer su cultura, valores y proyectos actuales para poder adaptar las respuestas; también que lleves identificadas tus fortalezas y habilidades, enfocándote en aquellos aspectos que pueden diferenciarte de otros candidatos. En cuanto a la edad, arguye que puede ser usada como una ventaja, si aprendes a resaltar lo que te hace único. «Conviene destacar el tiempo que se lleva en esa área, de modo que quede claro que el recorrido profesional aporta una perspectiva y madurez que son activos valiosos para cualquier empresa”.
Recomienda que el candidato debe demostrar que, a lo largo de los años, ha mantenido una mentalidad abierta al aprendizaje y a las nuevas tecnologías. Con ello, se proyecta una imagen de alguien que no solo tiene experiencia, sino también la flexibilidad y el deseo de seguir creciendo. Además, puedes hacer hincapié en tu red de contactos y mostrar así cómo puede facilitar colaboraciones estratégicas. “Otra idea es destacar la habilidad para aportar estabilidad y visión a largo plazo. La experiencia da calma para enfrentar desafíos complejos y tomar decisiones estratégicas en momentos críticos. Todo ello ayudará a demostrar que la edad es una fortaleza y una oportunidad para la empresa”.