¿Por qué el lip gloss ha regresado con tanta fuerza a nuestras vidas?

Lip gloss: un análisis sobre su fulgurante regreso 20 años después

«Es 2002 otra vez, solo que estoy más buena”, bromea Paris Hilton a cámara mientras sostiene un Juicy Tubes. El clip, publicado en Instagram con motivo del 25 aniversario de este voluminizador de labios clásico de Lancôme, marca su regreso junto al nuevo Lip Idôle Juicy Treat, un híbrido entre aceite y gloss con propiedades nutritivas. En paralelo, M·A·C reinterpreta Lipglass –su icono de 2001– con una fórmula más ligera y funcional. Son dos apuestas que siguen la estela de Dior Addict Lip Glow Oil, cuya viralidad, iniciada a finales de 2021, consolidó el trinomio más deseado de la cosmética actual: brillo, jugosidad y acabado a medida.

Lejos de ser solo una oleada nostálgica, estos lanzamientos reflejan un mercado que brilla con fuerza en todos los sentidos. De acuerdo con Allied Market Research y Grand View Research, el segmento global del gloss avanza casi al mismo paso que las barras de labios, mientras que los aceites labiales, favorecidos por fórmulas híbridas que funden maquillaje y tratamiento, crecen incluso a un ritmo mayor.

Un fenómeno dosmilero

El furor por este tipo de productos encajó a la perfección en los primeros años 2000, cuando la belleza dejó atrás los neutros mates heredados de los noventa (esos que parecieron imponerse el pasado año) para abrazar su reverso: un acabado brillante capaz de capturar el espíritu futurista del nuevo milenio. Así, cuando irrumpieron los primeros brillos de labios, el mundo entero estaba preparado para abrazar la revolución.

Hoy, dos décadas después, esa estética regresa con fuerza y seduce por igual a distintas generaciones. Para Sophie Gilbert, escritora y periodista británica autora de Girl on Girl (2025), su resurgir va mucho más allá de lo meramente estético. No es solo que los labios jugosos y voluminosos vuelvan a dominar pasarelas y selfies, es que su retorno apela a una dimensión emocional y casi identitaria. Gilbert lo describe como un puente hacia la memoria colectiva de una feminidad moldeada por la cultura pop de los 2000 –alimentada por videoclips, estrellas de reality e irreverentes fotos de paparazzi–, y como un espejo de cómo las mujeres han aprendido a construir, y reconstruir su propia imagen en un ecosistema mediático obsesionado con lo visual.

En este imaginario, figuras como Lindsay Lohan y otros iconos de la época no solo popularizaron el gloss: lo convirtieron en un emblema de glamour y en un signo inequívoco del zeitgeist de aquellos años. Para Sophie Gilbert, su fulgor inconfundible es a la vez gesto nostálgico y declaración de intenciones: la reivindicación de una estética que, antaño subestimada o tachada de ‘superficial’, hoy se reapropia como símbolo de autoexpresión y control sobre la propia narrativa visual.

Huda Kattan lo interpreta desde otra perspectiva. “Esta obsesión recuperada por los labios jugosos y brillantes dice mucho del estado de ánimo actual”, asegura. “La gente busca productos lúdicos, estimulantes, que evoquen cierta nostalgia de los años 2000 pero con un aire totalmente moderno. Los labios glossy son el equivalente cosmético a una buena luz y poseen casi el efecto de mejorar el ánimo”. Un efecto que quiso capturar y potenciar Charlotte Tilbury con sus Juicylicious Unreal Lips Healthy Glow Nectar Oils: “Encapsulamos aceites de frutas en su punto más maduro del verano para transmitir ese sabor de felicidad estival. Son adictivos… y te ponen de buen humor”, declara la maquilladora más cotizada entre las estrellas de Hollywood.

Cómo ha evolucionado su fórmula

Pero los antiguos lip gloss distaban de ser perfectos. Tilbury admite que no podía soportarlos: “Me frustraba que dejaran los labios pegajosos o se desvanecieran enseguida”. Una sensación que comparte Huda Kattan: “Eran llamativos, sí, pero no siempre agradables de llevar. Las fórmulas priorizaban el brillo y olvidaban la experiencia: texturas pegajosas, pesadas y con poca duración. El gloss actual, en cambio, está a otro nivel más ligero, cómodo y cargado de beneficios añadidos. No se trata solo de cómo queda, sino de cómo se siente y actúa”. De este cambio han surgido best sellers como el Faux Filler Jelly Oil, de Huda Beauty; o el Pillow Talk Big Lip Plumpgasm, de Charlotte Tilbury, híbridos entre brillo voluminizador y aceite nutritivo duradero.

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Farándula y Moda

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