Pensábamos que lo habíamos visto todo cuando Elon Musk y Grimes anunciaron su relación, pero el pop sigue regalando romances inesperados. Katy Perry y Justin Trudeau, el ex primer ministro de Canadá, fueron vistos juntos comiendo en Montreal en julio, y después Trudeau acudió al Lifetimes Tour en Canadá. Ahora, el portal estadounidense TMZ ha obtenido unas fotos de ambos abrazados en un yate en aguas californianas, por lo que parece que su relación continúa y que incluso se afianza. En nuestros foros Katy ya suscita envidias malsanas: «Hija de puta… quemando sus discos estoy», dice un usuario.
Perry, recién separada de Orlando Bloom, y Trudeau, quien se divorció de Sophie Grégoire en 2023, forman una pareja inesperada. La combinación de políticos y estrellas del pop no es nueva, como saben Marilyn Monroe o Carla Bruni, pero nadie hubiera imaginado que estos dos se tuvieran en el radar mutuamente.
Quizá los une su experiencia agridulce en la vida pública. Ambos saben lo que significa ser adorados por el público y luego repudiados. Perry pasó de ser una de las mayores estrellas del pop a ser objeto de burlas por su visión del feminismo y por el fallido marketing de su viaje al espacio, cuando dijo que iba a poner el “ass” en “astronaut”. Trudeau, por su parte, fue un político muy popular, pero las antiguas fotos en las que aparecía con “blackface” dañaron su reputación.
Perry a menudo es criticada por vivir desconectada de la realidad, pero su interés en la política contradice -relativamente- esa idea. Fue una de las figuras públicas que más visiblemente apoyaron a Hillary Clinton y Kamala Harris. Y, aunque recibió críticas por votar por Rick Caruso, un exrepublicano, en unas elecciones pasadas, sus ideales probablemente están más alineados con el progresismo que representa Trudeau, especialmente en lo que respecta a sus ideas sobre el medioambiente y los derechos LGBTQ+, que son relevantes para gran parte de sus seguidores.
Trudeau, por su lado, ha acumulado diversos escándalos duramente su década de presidencia. Así que él y Perry tienen mucho de lo que hablar, por ejemplo, de lo cómodos que vivimos en una «bubble, bubble», tanto que no podemos ver el «trouble, trouble». O quizá tienen mucho que dejar atrás, mientras empiezan de cero juntos.