España se ha convertido en un oasis de atracción de capital extranjero hacia el inmobiliario ante los problemas de otras economías europeas. Los buenos datos macroeconómicos, el tirón del turismo y la demanda de vivienda, entre otras razones, ha puesto al país de moda entre los inversores foráneos. Esa es un de las principales conclusiones que se puede sacar del evento inmobiliario The District, celebrado esta semana en Barcelona. Consultados algunos de estos inversores, explican sus razones para apostar por este sector.
Alberto Nin, responsable inmobiliario de Brookfield para el sur de Europa, indica que el inmobiliario español es “un excelente lugar” para invertir ya que ha demostrado su resiliencia en los últimos años. “En general, es alentador ver más inversores internacionales llegando a España. Esto crea un mercado de inversión más líquido, impulsa la economía en general y contribuye al crecimiento del mercado inmobiliario”.
Las razones del interés por España las tiene muy claras Edmund Eggins, británico y responsable en el país del fondo francés Ardian. “España despierta muchísimo interés entre el capital extranjero en estos momentos, y de forma muy particular en el mundo inmobiliario. Hay una atención creciente hacia el país, que hasta hace no tanto era visto como el patito feo frente a Reino Unido, Francia, Alemania o los países nórdicos. Hoy la situación ha cambiado de forma sustancial”, opina. Asegura que los inversores internacionales reconocen que España ofrece fundamentales muy sólidos como el crecimiento económico sostenido, estabilidad institucional, seguridad jurídica y un atractivo geográfico y demográfico único dentro de Europa. “A ello se suma un desequilibrio estructural entre oferta y demanda, especialmente en el sector living [residencial], que genera una oportunidad clara de crear valor a largo plazo. España, además, está ganando peso por su posición estratégica en Europa, calidad de vida y capacidad de atracción de talento y turismo, factores que convencen cada vez más a los inversores de apostar decididamente por este mercado”.
La firma BNP Paribas Real Estate publicaba esta semana los datos de inversión que ha recopilado del mercado nacional y que corroboran las impresiones de los expertos. Esta entidad recoge un volumen de transacciones de 10.868 millones de euros hasta el 30 de septiembre, lo que supone un crecimiento de un 46% de forma interanual. Esta estadística recoge grandes adquisiciones con objetivo de alquiler (no viviendas de particulares). Según las cifras de BNP, el de los hoteles, con 2.600 millones, es el segmento que más capital ha atraído en operaciones (a un nivel similar a 2024 de forma interanual), seguido de retail con 2.028 millones (un 37% más), residencial con 1.992 millones (16%) más, y oficinas con 1.471 millones.
Jorge García Cedrún, radicado en Londres y responsable de deuda en el sector inmobiliario del fondo Barings, asevera que debido al sólido desempeño de la economía, España se percibe como un país seguro para invertir en propiedades. “Los inversores que históricamente han sido más activos en lugares como Alemania y los países nórdicos ahora ven a España como un lugar más seguro para invertir. La actividad de inversión inmobiliaria se basa en ciclos y España ofrece oportunidades atractivas con una perspectiva positiva de crecimiento para los próximos años”.
Juan Velayos es el presidente e impulsor de la cita The District, un evento inmobiliario con vocación internacional que se ha celebrado hasta el jueves en Barcelona. Él también es gestor e inversor a través de su firma JV20 y tiene contacto directo con este capital foráneo. Coincide en que los mercados más tradicionales para los fondos como Francia, Alemania y Reino Unido no están pasando una buena etapa. “Les ha obligado a buscar nuevos mercados”, afirma. “Lo segundo es que está habiendo en España una macro positiva y ha sido más positiva que en estos otros lugares. Por lo tanto, ellos, al final, que siempre buscan donde haya tendencias macro positivas, las han encontrado aquí”, añade. “Al final, son unos pocos inversores decidiendo dónde dedican su tiempo y dinero y yo creo que lo estamos aprovechando razonablemente bien”.
Por último, Velayos cree que el mercado nacional está muy retrasado respecto a otros países en cuento a la entrada de capital institucional (o grandes gestoras de fondos, aseguradoras y fondos de pensiones). “Todavía hay muchas clases de activos en los que todavía no ha entrado el capital institucional”, afirma, más allá del tradicional de las oficinas, los centros comerciales o la logística. Este experto asegura que espera que esta moda por España dure todavía unos cuantos años más, en la medida de que se recuperan los otros grandes mercados como Reino Unido (al que augura una vuelta a la normalidad más rápida que en Alemania y, sobre todo, Francia).
Qué clase de propiedades
El responsable de Brookfield explica que el fondo está presente en España desde 2014. Esta firma canadiense ha protagonizado una de las grandes transacciones del año -aún por cerrar- al vender a CPPIB (otro fondo canadiense) la plataforma de residencias de alquiler Livensa por 1.200 millones. “Esperamos mantenernos activos en el mercado y analizaremos inversiones en hoteles, vivienda y logística, ciencias de la vida, oficinas prime y retail de primer nivel», avanza Nin. “Dado el continuo crecimiento del turismo en España año tras año, existe la oportunidad de reposicionar activos y crear experiencias únicas para los visitantes”, agrega.
La rebaja de los tipos de interés después de rápidas subidas por el problema inflacionista tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022 también ha espoleado la inversión. Lo mismo ocurre con el turismo desde el final de las restricciones sanitarias por el Covid-19, ya que el país está atrayendo cada vez más extranjeros y en 2025 se espera que se acerque a los 100 millones de visitantes. Precisamente, la compra de hoteles ha sido una de las razones por la que la inversión se haya recuperado desde 2024.
Para Eggins, de Ardian, el mercado inmobiliario es cíclico: “El capital ha rotado históricamente entre retail, oficinas, logística… y ahora el foco está claramente en el living. La oportunidad para el inversor hoy son todos los segmentos vinculados a la vivienda, en un país donde la presión demográfica y la llegada de nueva población a las grandes ciudades no está siendo acompañada por un nivel de oferta suficiente. Esto abre oportunidades tanto en residencial en alquiler como en venta, residencias de estudiantes y otros formatos alternativos dentro del living“.
“El sector residencial y la logística son las clases de activos preferidas por los inversores”, cree, por su parte, García Cedrún, de Barings. “La demanda de vivienda asequible es fuerte, por lo que se espera que cualquier inversión relacionada con la construcción para alquiler, la vivienda flexible u otro tipo de alojamiento tenga un buen rendimiento”. En el caso de este fondo estadounidense ha llegado recientemente a un acuerdo con la promotora Salas para invertir alrededor de 100 millones para expandir la construcción de viviendas a nuevos territorios.
Hay un tipo de capital que está llegando de forma mucho menos clara, el denominado como core o aquel al que no le hace faltan grandes rentabilidades pero buscan estabilidad y largo plazo -a diferencia de los fondos value added u oportunistas-. “El core quiere poco riesgo y, por definición, el poco riesgo está en los activos más tradicionales como oficinas». Para este directivo, esa es la asignatura pendiente.