Es oficial: ‘La boda de mi mejor amigo’ tendrá una segunda parte
Es tiempo de secuelas. La industria hollywoodiense parece haberse aficionado a revisitar todas aquellas cintas populares (y casi de culto) que podrían merecer una segunda parte. De esa lluvia de ideas han salido recientemente proyectos como Ponte en mi lugar de nuevo o El diablo viste de Prada 2, por citar algunos ejemplos, y a esta larga lista se le une ahora una nueva incorporación ya confirmada. Porque sí, la continuación de La boda de mi mejor amigo está en camino. Y no podemos evitar alegrarnos por ello.
La verdad es que es un gusto como espectadores reencontrarnos con todas esas películas que tanto nos hacen reír y llorar. Que se sienten como un abrazo después de un largo día y que siempre están ahí, listas para dar al play y regalarnos un par de horas de evasión entre pequeñas pausas para contestar un mensaje en el móvil o ir a por algo de picar. Y es en esa sencillez y holgura donde reside el encanto de las comedias románticas. Aunque, en realidad, esta nunca ha sido una como tal por mucho que se empeñe la crítica.
Encasillada a menudo dentro del género, la película comparte con él ciertos elementos: sus personajes con carisma, el aura nostálgica noventera, los momentos de humor ingenioso y las situaciones improbables en la vida real (¿Quién no recuerda cuando Rupert Everett se planta con un número musical de I Say a Little Prayer en medio de un restaurante?). Sin embargo, esta no culmina con un desenlace en el que todos sus protagonistas comen perdices– han pasado casi 30 años, así que las siguientes líneas no podrían considerarse spoiler–. La boda de mi mejor amigo es agridulce. El personaje protagónico de Julia Roberts no consigue lo que quiere y en su final esconde un mensaje mucho más realista que sus coetáneas. Y, exactamente por eso, por su faceta verosímil, resulta ideal para pasar por la pluma de Celine Song.