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Esta semana ha vuelto a los cines de España ‘Porco Rosso‘, una de las películas más emblemáticas de Hayao Miyazaki. Lo hace por tiempo limitado a partir del 18 de julio, y si todavía la teníamos pendiente es una oportunidad perfecta para ver este clásico de Studio Ghibli en pantalla grande.
Ahora, aunque estemos familiarizados con ‘Porco Rosso’, una de las preguntas que nos siguen rayando después de tres décadas es: ¿por qué es el protagonista un cerdo?
Todo viene de dentro
‘Porco Rosso’ sigue a Marco Pagot, un piloto italiano que en su día combatió en la Primera Guerra Mundial. Fue maldito con un aspecto de cerdo, como pilota un avión rojo se ha ganado el sobrenombre de «Porco Rosso«, y se encarga de defender el mar Adriático de los piratas que buscan gresca.
Marco es conocido por su particular aspecto, el de un hombre con cabeza de cerdo, y en realidad la película nunca indaga demasiado en este misterio y simplemente se acepta, como otro elemento del realismo mágico habitual en las películas de Miyazaki.
Y es que el propio Miyazaki nunca da una respuesta clara para la transformación de Marco, sino que en su lugar la utiliza como una metáfora del conflicto interior del personaje. La razón nunca es mencionada directamente en la película, pero cuando se estrenó ‘Porco Rosso’ en 1992 las notas de prensa describían a su protagonista como alguien «profundamente desilusionado con la humanidad, y que se maldijo a sí mismo con ser un cerdo«.


Marco, o Porco, carga con una tremenda culpa de superviviente por sus experiencias durante la Primera Guerra Mundial. En su momento era un piloto estelar con mucho talento, pero fue testigo de cómo muchos pilotos y camaradas perdían la vida durante el conflicto, incluyendo la de su amigo Bellini.
Para darle más drama al tema, Miyazaki también reveló que Porco quería haberse casado con Gina, pero cuando la guerra estalló ella vivía en territorio austriaco. Así que, por lealtad a su país, no podía casarse con alguien que fuera enemigo de su nación y este conflicto internó le pasó factura.
Bellini sí que se casó con Gina, y cuando Porco vio cuántos soldados estaban muriendo por su patria, empezó a replantearse el precio de la lealtad… Y con todo esto sobre sus hombros, empezó a verse a sí mismo como un cerdo y en cerdo se convirtió.


Después, Porco dejó el ejército cuando vio venir el alzamiento del fascismo en la Italia de Mussolini y decidió volar por su cuenta y riesgo como cazarrecompensas. Su transformación en cerdo fue tanto una manera de lidiar con su propio trauma, su culpa de superviviente, y también un desafío hacia un mundo que cada vez entendía menos.
Y de paso nos dejó una de las frases más lapidarias que nos ha regalado Hayao Miyazaki: «Prefiero ser un cerdo que ser un fascista«.