Seguramente lo habrás notado: en los últimos años, ver una serie o una película en casa se ha convertido en una experiencia cada vez más… silenciosa. No por el hecho de que las nuevas visiones artísticas requieran la falta de sonido en las producciones o que falten explosiones o bandas sonoras épicas, sino porque muchos diálogos simplemente no se escuchan, o mucho menos se entienden.
En Estados Unidos millones de espectadores han encontrado un aliado inesperado: los subtítulos. Lo curioso es que no los activan para seguir los diálogos de producciones extranjeras, sino para enterarse de lo que dicen los actores que también hablan en inglés. Detrás de este fenómeno hay toda una historia de decisiones técnicas, recortes de presupuesto y tendencias de producción que están cambiando la forma en la que la gente consume contenido cada vez más visual que auditivo.
En una realidad en la que el ruido cada vez nos envuelve más, quienes consumen contenido tanto en la televisión como en plataformas de streaming han decidido activar los subtítulos de sus programas favoritos porque, aunque el volumen de la televisión sobrepase el promedio, el entorno de la casa no se presta para disfrutar de un momento en el sofá, sobre todo cuando hay niños alrededor, además, en una era donde los televisores delgados emiten el sonido desde su parte posterior, es más difícil aún poder percibir los diálogos, sin embargo, esa no es la única razón: las mismas producciones tienen su parte de culpa.
«Los diálogos son cada vez más difíciles de oír»
Una de las causas principales que señalan los profesionales del sonido es que los diálogos son cada vez más difíciles de distinguir por una cuestión: la modernidad de las técnicas de grabación y de la edición de audio.
Tom Fleischman, ganador de un Oscar, comenta que antes, con micrófono fijo o colocado de manera uniforme, los actores tenían que proyectar la voz para que se entendiera incluso desde lejos, pero con los micrófonos más modernos y estilos de actuación más íntimos, hay muchas escenas en que susurran o hablan con poca fuerza, como se aprecia en las recientes producciones de Christopher Nolan, donde los diálogos de ‘Oppenheimer‘ y ‘Tenet‘ apenas se pueden escuchar.
Además, el sonido digital parece que llegó a matar el diálogo de los protagonistas: las capas de audio en post-producción con múltiples de efectos, música y ambientes complica que la voz «salga limpia», por lo que, como el mismo Fleischman afirma, «dificulta que los diálogos se lean a través de ellas», pero no sólo eso, sino que ha declarado que, muchas veces, la mezcla final aprobada por los directores incluye diálogos que nadie va a entender.
Los estudios lo saben, y al parecer, no les importa. Desde el año 2010 plataformas como Netflix, Hulu y Amazon Prime han decidido sumar subtítulos a sus producciones, sobre todo después de la presión de la Asociación Nacional de Sordos que exigían una mayor accesibilidad a sus contenidos, sin embargo, pronto se dieron cuenta de que, en realidad, es más barato agregar texto a una producción que editar múltiples pistas de audio para hacer que resalte, aunque claro, con el uso de la IA, pronto ese será un gasto menos en sus producciones, aunque por ahora, no ha ido del todo bien.
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