Marcel Proust y las influencias del arte de los siglos XIX y XX en su vida y su trabajo
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza tiene experiencia a la hora de buscar enfoques originales que susciten un nuevo punto de vista en sus exposiciones. Ya sucedió con la muestra Picasso/Chanel que se celebró a finales de 2022, por ejemplo. Una senda que abre la puerta a interesantes territorios colindantes con otras disciplinas afines como la moda, el cine o incluso la escritura, como es el caso de la próxima Proust y las artes, que pone en el centro la figura del genial escritor para construir un relato pictórico en torno a su vida y sus obras. La muestra, que podrá visitarse del 4 de marzo al 8 de junio en la pinacoteca madrileña, propone un recorrido alternativo a la tradicional biografía por la trayectoria de Marcel Proust (Auteuil, 1871 – París, 1922). No obstante, Fernando Checa, comisario de la muestra, advierte centrando el foco de la cita: “No es una exposición sobre literatura, es una exposición sobre arte. Obviamente habrá algunos ejemplares de En busca del tiempo perdido, pero es una muestra en la que los cuadros se ordenan según las ideas y los intereses del escritor”.
Además de ser uno de los títulos más relevantes del siglo XX, la obra que menciona el curador –o, más concretamente, uno de sus personajes principales– es una suerte de hilo conductor que guía el viaje artístico por el universo del autor. “La exhibición toma el personaje de Elstir, el pintor de la novela, como referente para, a partir de él, reconstruir la fijación del francés con la modernidad en general y con la pintura impresionista en particular. Los modelos de Elstir son, fundamentalmente, [Édouard] Manet, [Claude] Monet, [Pierre-Auguste] Renoir y pintores americanos como Harrison [Fisher] o [James McNeill] Whistler. Proust conocía a muchos de ellos personalmente y a otros los contemplaba en las colecciones pertenecientes a la alta burguesía y la aristocracia, que son las clases sociales que protagonizan el desarrollo de la obra”, explica Checa.
‘La Dogana y San Giorgio Maggiore, Venecia’Joseph M.W. Turner