El psilio y sus propiedades: aquí tienes 7 beneficios para la salud y una guía para incorporarlo a tu dieta
Si hay un producto que siempre hay que tener a mano, ése es el psilio. Este aliado del sistema digestivo se obtiene de las semillas o la cutícula del Plantago psyllium, una planta herbácea cultivada en Irán, Pakistán, India y Estados Unidos. Es un laxante natural, esencial para favorecer la regularidad intestinal: su alto contenido en mucílagos le permite arrastrar el líquido hacia el intestino, combatiendo así el estreñimiento. Utilizado en la medicina india, el psilio tiene múltiples beneficios para la salud, y no sólo para la digestión: además, mantiene a raya el colesterol, los triglicéridos y el azúcar en sangre. Aunque no hay pruebas científicas que lo respalden, las semillas de psilio podrían ser también útiles para adelgazar: un usuario de TikTok ha comparado sus resultados con los del Ozempik.
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Los beneficios del psilio
Las principales propiedades beneficiosas de las semillas de psilio provienen de su alto contenido en mucílagos. Estas sustancias, que se obtienen triturando mecánicamente la cutícula del psilio, se convierten en un gel emoliente al entrar en contacto con el agua, formando así una sustancia viscosa que resiste la digestión. Una vez en el intestino, es capaz de alcanzar hasta 25 veces su propio peso, estimulando así la evacuación mediante el aparato. El spilio es principalmente conocido como laxante, pero tiene muchos otros beneficios: también puede utilizarse contra la diarrea, ya que absorbe el exceso de líquido. Sus semillas poseen propiedades prebióticas, que favorecen el crecimiento de una flora bacteriana sana y refuerzan el sistema inmunitario.
3 propiedades poco conocidas de las semillas de psilio
#1 Prebiótico
El psilio favorece la proliferación de bacterias buenas en el intestino. Un efecto positivo que ayuda a las defensas inmunitarias del organismo, combatiendo los microorganismos nocivos y aumentando la producción de ácidos grasos.
#2 Aliado del corazón
El psilio mantiene a raya los niveles de insulina y azúcar en sangre: tomarlo ayuda a regular la respuesta glucémica del organismo después de las comidas. Una vez en el sistema digestivo, su transformación en gel ralentiza la absorción de los azúcares.Otra de sus beneficios consiste en reducir el colesterol «malo» y los triglicéridos: al unirse a las grasas, contribuye a eliminarlas.
#3 Sacia el hambre
Aunque sus propiedades adelgazantes no están confirmadas, el psilio suele recomendarse en las dietas hipocalóricas y las dietas para adelgazar. Al ralentizar el vaciado del estómago reduce el apetito y nos mantiene saciados durante más tiempo.
Cómo utilizar el psilio como laxante o contra el estreñimiento
Se comercializa en forma de polvo, comprimidos, cápsulas o semillas enteras y puede tomarse solo, diluido en agua o junto con el pan y los dulces. En general, es importante combinar el psilio y la fibra con abundante agua: bebe mucha a lo largo del día para permitir que el mucílago se hinche y forme el gel que ayudará a desatascar los intestinos. La proporción debe ser de 30 ml de agua por cada gramo de psilio, hasta un máximo de 7 gramos diarios para mantener una función intestinal normal.
Contraindicaciones de las semillas de psilio
En general, la tolerancia al psilio es alta, pero hay que tener cuidado con la dosis y seguir las instrucciones del envase o del farmacéutico. Hay que recordar que los suplementos de fibra pueden disminuir la absorción de fármacos, así como de ciertas vitaminas y minerales, por lo que es importante consultar siempre al médico. Las reacciones normales después de tomar psilio incluyen hinchazón abdominal y gases intestinales, al menos al principio, por lo que es importante prestar atención a las señales del cuerpo e introducir esta fibra adicional gradualmente. En cualquier caso, el psilio tiene algunas contraindicaciones y no debe tomarse en casos de obstrucción intestinal, estreñimiento por hernias y oclusiones, enfermedad de Crohn o problemas intestinales acompañados de vómitos, calambres o dolor abdominal.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com. Traducción y adaptación: Carmen Cocina.
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